Dos personas paralizadas del cuello hacia abajo e incapacitadas para hablar, perdieron ante el Tribunal Superior en Gran Bretaña su caso a ser asistidos para morir sin que el asistente fuera perseguido por homicidio.
El caso que mayor resonancia tuvo en los medios fue el de Tony Nickilson, un hombre de 58 años quien tras haber sufrido un ataque hace siete año quedó totalmente paralizado y solo puede hacer movimientos parciales de la cabeza y se comunica mediante una computadora.
Tony Nickilson había pedido al tribunal que autorizaran que un médico pusiera fin a su “triste, miserable, denigrante, indigna e intolerable” vida, sin que por ello fuera perseguido por homicidio.
En Gran Bretaña la eutanasia está prohibida y por tanto quien ayude a una persona a quitarse la vida, por las razones que fueren, comete un delito y como tal debe ser juzgada.
Sin embargo, el tribunal le contestó que pese a que entendían su caso no estaba en manos del poder judicial decidir sobre la materia sino en manos del parlamento que en su caso debe modificar la legislación penal para autorizar la eutanasia o por lo menos casos parecidos a los de él.
Mismo razonamientos siguieron los jueces en el caso presentado por otra persona a quien por razones legales solo se conoce como Martin, impedido como Tony Nickilson, y quien solicitó se autorizara a voluntarios trasladarlo a Suiza a la Clínica Dignitas para terminar su vida. Suiza permite la eutanasia.
Martin desea que su esposa no se involucre en su muerte y por ello pedía que fueran voluntarios quienes lo acompañaran en este proceso. El gobierno emitió una guía recientemente en la que solo garantiza que no perseguirán por homicidio a los familiares de una persona que lo asistan en el traslado a otro país como Suiza para terminar con su vida. Esta guía fue emitida después del caso de Debbie Purdy, una mujer con esclerosis múltiple quien pidió granarías para que su esposo no sea perseguido penalmente por acompañarla a Suiza cuando llegue el momento de acabar con su vida.
Los jueces manifestaron que el caso de Martin es conmovedor pero que al igual que en el caso de Debby Purdy y de Tony Nickilson, no pueden decidir pues emitir una decisión sería equivalente a legislar en la materia, lo que corresponde al parlamento.
Mediante su computadora Tony Nickilson se lamentó de la decisión y aunque sabe que probablemente tampoco tendrá un resultado satisfactorio, declaró que apelarán la decisión aunque eso signifique continuar un año más con su estado y la angustia mental que ello le provoca.
ACTUALIZACION
Tony Nickilson falleció este miércoles 22 de agosto. De acuerdo con su familia, devastado por la resolución judicial, se negó a recibir alimentos y contrajo neumonía. Tras conocerse su muerte, la policía declaró que no abrirá una investigación al respecto. Analistas británicos esperan que se presente un caso más como el de Nickilson a fin de que el cambio legislativo en materia de eutanasia pueda presentarse.
Más información Guardian
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