La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), solicitó un amparo contra el Tren Maya por sus afectaciones a la biodiversidad y a la fauna silvestre
Con este amparo presentado en Campeche, la asociación busca que se conceda la suspensión de la obras del Tren Maya hasta que no se cuente con las Autorizaciones de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), de Cambio de Uso de Suelo en Terrenos Forestales (CUTSF) y el Informe Preventivo para las Especies de Vida Silvestre para todo el proyecto.
En conferencia de prensa, el presidente de la Asociación, Ernesto Zazueta, expuso que la construcción del Tren Maya sin las autorizaciones correspondientes implica una violación directa al derecho fundamental a un medioambiente sano, establecido en el artículo 4 de la Constitución, así como violaciones a la convención Marco de la Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el Pacto Internacional de derechos Económicos, Sociales y Culturales, entre otros, "hecho que provocaría daños irreversibles y de imposible reparación en el medioambiente, biodiversidad y salud" en la Península de Yucatán.
Zazueta señaló que habrá una grave afectación a especies de vida silvestre, pues dijo, las pretenden remover de su hábitat para realizar las obras del Tren Maya.
“Los trabajos de construcción, los materiales que se utilizarán, la fragmentación del territorio, la kilométrica deforestación, la urbanización, el ruido y la contaminación que se generará con las obras y con la operación del Tren Maya son una grave amenaza para el jaguar y para muchas otras especies como: ocelotes, tapires, monos aulladores, monos arañas, manatíes, loros, cocodrilos, guacamayos, pava cojolita, hocofaisán, guajolote ocelado, puma, saraguato, jabalí de labios blancos, entre otras”
“Muchas de estas especies necesitan amplios territorios para poder reproducirse y desarrollarse de acuerdo a sus necesidades y esta región será fragmentada, aunque se cuente con supuestos pasos de fauna silvestre. La fauna que ahí habita es indispensable para mantener el equilibrio ecológico y un ambiente sano”, precisó el presidente de la AZCARM.
Para la organización el proyecto causa daños irreversibles y de imposible reparación en el medioambiente, salud y biodiversidad. Responsabilizó al gobierno federal y autoridades de la Secretaría del Medioambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) de los posibles deterioros, reiteró Zazueta.
“El Fonatur ha argumentado que la Primera Fase de construcción del proyecto es solo una rehabilitación y mantenimiento de vía ferroviaria, lo cual es falso porque de los aproximadamente mil 500 kilómetros que se pretenden desarrollar, 18 por ciento hay vías existentes, el resto se debe construir desde cero. Además las vías existentes fueron construidas hace más de 100 años y su trazo y especificaciones no se ajustan a las necesidades de un tren moderno de pasajeros. Por lo que técnicamente es imposible usar la existente”, aclaró.
Asimismo, el director de la AZCARM expresó que de acuerdo con la página oficial del proyecto Tren Maya, la ruta que recorrerá cinco estados del sureste, contempla 19 polos de “desarrollo” en 5 estados: Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas y 12 paraderos. Esto, añadió, requiere de amplias extensiones de terrenos para la infraestructura de zonas para pasajeros, comercios y todos los servicios turísticos. Además, uno de dichos polos estaría en Calakmul, la segunda selva tropical más grande de América y tesoro de toda la humanidad.
“Los polos de desarrollo implicarán un profundo proceso de urbanización y la generación de múltiples actividades económicas. Y es que espera un tránsito de alrededor de 60 mil pasajeros al día y más de 18 millones de pasajeros al año que irán creciendo hasta llegar a 46 millones de turistas al año, lo que implicará tener una infraestructura titánica para atender a esta enorme cantidad de población flotante”, añadió Zazueta.
La AZCARM señala que las autoridades iniciaron las obras sin contar con las autorizaciones de Impacto Ambiental del trazo completo, a pesar de que es un proyecto que pone en riesgo todo un ecosistema que alberga la biodiversidad más importante del país.
Asimismo, destaca que no se han realizado los cambios de uso de suelo forestales, en razón de que el proyecto propone deforestar 800 hectáreas sólo en la primera fase.
Y en tercer lugar, por la grave afectación a la vida silvestre que pretenden remover de su hábitat, especies que están protegidas, sin contar con la opinión de la Dirección General de Vida Silvestre.
Ningún proyecto que ponga en riesgo la supervivencia de tantas especies, que genere más urbanización y contaminación, y que vulnere los valores y costumbres de los pueblos indígenas, significa desarrollo.
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