Corte Suprema del Reino Unido

 

Suprema Corte británica califica de ilegales secciones de ley escocesa que incorpora la Convención de la ONU sobre la infancia

Esta semana la Corte Suprema del Reino Unido concluyó que la ley votada en marzo en el Parlamento escocés que incorpora la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, es ilegal, no en cuanto a su contenido, sino porque excede las facultades del Parlamento escocés.

La iniciativa de ley votada en Holyrood, como se conoce al Parlamento escocés por su ubicación en Edimburgo, haría ilegal que las autoridades y cualquier servicio de protección a la infancia actuaran de forma incompatible con la Convención de la ONU, otorgando facultades al Comisionado para la Infancia para tomar acción legal en relación con los derechos de los niños.

Cuando fue aprobada, el viceprimer ministro escocés, John Swinney, describió la ley como “una revolución de los derechos de la infancia”. Ahora, con la decisión de la Suprema Corte ha declarado que se deja en claro que los poderes de Holyrood “son todavía más limitados de lo que todos entendíamos” y que la decisión “desnuda la debilidad” del Parlamento escocés.

La Suprema Corte británica concluyó que esta ley de la infancia “infringe las limitaciones impuestas a la competencia legislativa del Parlamento escocés por la Ley de Escocia.” La Ley de Escocia fue aprobada por el Parlamento del Reino Unido en 1998 para establecer el Parlamento en Escocia.

El máximo tribunal del Reino Unido e Irlanda del Norte insistió que no estaban fallando en contra de la decisión de incorporar a la ley local los derechos de los niños, sino que la forma excede esa competencia.

Al dar a conocer la decisión, la Suprema Corte hizo saber que la iniciativa de ley tenía cuatro secciones problemáticas. Tres de ellas porque “pretenden modificar” una parte central de la Ley de Escocia que “preserva el derecho del Parlamento del Reino Unido de hacer leyes para Escocia.”

La cuarta sección controvertida daría a los tribunales la facultad de anular o invalidar secciones de las leyes del Parlamento británico que fueran incompatibles con la Convención de la infancia de la ONU y también “afectaría el poder del Parlamento de hacer leyes para Escocia”.

La Suprema Corte concluyó que la ley fue diseñada para “deliberadamente exceder la competencia legislativa del Parlamento escocés”, pero para confiar que los tribunales impusieran “limitaciones correctivas en los casos individuales”.

En Escocia la decisión de la Suprema Corte sobre esta ley que buscaba proteger los derechos de la infancia ha sido ampliamente debatida desde lo político. Así, el gobernante partido SNP ha presentado la decisión como ocasión para manifestar la debilidad de Escocia y sus instituciones en el Reino Unido y, posiblemente, como bandera para impulsar un nuevo referéndum sobre su independencia.

La oposición de los tories, por su parte, ha dicho que desde el inicio el SNP manipuló la ley para que la Suprema Corte fallara de esta forma para presentarlo como bandera para un nuevo referéndum, acusándolos de poner sus pretensiones políticas por encima de los derechos de los niños que dicen querer proteger.

La iniciativa de ley ahora regresa al gobierno y al Parlamento escocés para que, tomando nota de la decisión, la enmienden y la vuelvan a votar.

Más información scotsman.com

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