En Japón, el caso de Chisako Kakehi, que está a la espera de inicio de proceso, ha puesto en evidencia faltas al sistema penal que podría estar ayudando a muchos homicidas a escapar de la acción de la justicia sin que siquiera se detecte que se ha cometido un homicidio. Casi lo ha logrado hacer Chisako Kakehi, apodada la “Viuda Negra”, de quien se presume mató a ocho esposos para heredar sus fortunas.
Se sospecha que mató a sus ocho parejas previas, pero sólo le han podido imputar tres cargos por homicidio y uno por tentativa porque en los otros cuatro casos no se condujo una autopsia y por tanto la policía investigadora no encontró evidencia suficiente como para probar siquiera los homicidios. En estos casos la policía presumía que los esposos habían muerto por causas naturales y no fue sino hasta que falleció el último esposo de Kakehi, un hombre de 75 años de edad, por envenenamiento con cianuro, que la policía empezó a investigar y a encontrar un patrón.
En 2014, sólo el 11.7 de las muertes clasificadas por la policía como “inusuales”, es decir, aquellas en las que la causa no es inmediatamente clara, terminaron con una autopsia de acuerdo con cifras de la Agencia de la Policía Nacional de Japón. Es una cifra muy baja comparada con el 40 por ciento de las autopsias realizadas en casos de muertes inusuales en Inglaterra y Gales, o del 95 por ciento de las realizadas en Suecia.
“La baja tasa de autopsias significa una probabilidad más alta de que hay delitos que se pasan por alto”, dijo sobre este tema Hirotaro Iwase, profesor del departamento de medicina forense de la Universidad de Chiba.
Esta baja tasa de autopsias se explica por la falta de especialistas forenses y recortes presupuestarios en las universidades públicas que son las instituciones que suelen realizar estos estudios post mortem.
Así, veinte de las 47 prefecturas en Japón tienen un solo profesor haciendo las autopsias según la Sociedad Japonesa de Medican Forense. Esto explica que a veces, cuando la policía quiere que se practique un estudio de esta naturaleza, deben conducir varias horas para llegar a una prefectura donde haya personal suficiente para realizarlo.
De acuerdo con datos de la OCDE publicados en 2015, por cada 100,000 habitantes, 0.3 son víctimas de homicidio en Japón, lo que es indicativo de una tasa baja comparada con 5.2 en los Estados Unidos; 0.6 en Francia y 0.5 en Alemania.
Así, conforme con cifras de la policía, en 2015 se registraron 933 homicidios y tentativas de homicidio en Japón, en cifras que están descendiendo desde 2004. Pero los expertos señalan que la baja cifra de autopsias realizadas puede estar escondiendo la cifra real de homicidios.
“Yo creo que habrá menos delitos que se pasen por alto si hay un sistema en que las autopsias se efectúan en cuerpos en los que la causa de la muerte no sea clara aún en casos que nos son sospechosos”, dijo Shinichi Kubo de la Universidad de Fukuoka.
Para tratar de sortear esta situación, la policía ha certificado a más oficiales facultados para realizar investigaciones visuales post mortem, siendo ya 340 los especialistas comparados con los 160 que había en 2008. Para calificar como especialista investigador, el policía debe contar con más de 10 años de experiencia en la división de homicidios y aprobar un entrenamiento de 10 semanas.
Además, y como lección aprendida del caso de la “Viuda Negra”, desde el próximo mes de abril la policía deberá realizar exámenes toxicológicos en todos los cuerpos de casos que investigue, lo que, de acuerdo con el profesor Iwase, ayudará a determinar la causa de la muerte.
“No se pueden detectar los delitos solo realizando autopsias. Necesitas también efectuar completos exámenes toxicológicos”, concluyo el especialista de la Universidad de Chiba.
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