El viernes de la semana pasada la Corte de Apelaciones del primer Circuito de los Estados Unidos confirmó la sentencia de 10 años de prisión de Beatrice Munyenyezi, una mujer residente de Manchester, New Hampshire, encontrada culpable de haber cometido atrocidades en contra de personas de la etnia tutsi durante el genocidio de Ruanda.
Beatrice Munyenyezi llegó en 1998 a los Estados Unidos, acompañada de sus tres hijas. Para obtener la ciudadanía negó haber tenido afiliación política en Ruanda y haber participado en actos de persecución contra los tutsi. Incluso se presentó como una víctima al señalar que algunos de sus familiares habían desaparecido.
En 2012, sin embargo, fue detenida por la policía y acusada de haber mentido a las autoridades migratorias y haber participado en actos en contra de los tutsi. Particularmente se le acusó de haber formado parte de los retenes en los que hutus identificaban a los tutsi que luego eran asesinados.
En marzo de 2013 un jurado falló en su contra condenándola a diez años de prisión y al retiro de la ciudadanía. Sin embargo, la sentencia fue apelada por sus abogados bajo el argumento de que el caso fue mal juzgado y que se permitió que la fiscalía presentara evidencia que no era admisible.
Así, en el juicio se permitió que la fiscalía utilizara su testimonio rendido ante el Tribunal Internacional Penal para Ruanda donde testificó en contra de su esposo y de su madre, para presentarla como una persona propensa a mentir. La defensa se opuso a la presentación de estos testimonios y argumentó que había evidencia insuficiente para condenarla y apeló buscando que el juicio se declarara nulo.
Sin embargo los tres jueces del panel de apelación confirmaron unánimemente la sentencia de primera instancia estableciendo que sólo se declaran los juicios nulos cuando hay circunstancias irresistibles, y las circunstancias del caso no satisfacen ese requisito.
Incluso consideraron que no era su papel revisar lo relativo a la falta de credibilidad de testigos y a la evaluación de la evidencia presentada, tarea que corresponde a los jurados y no a las cortes de revisión.
Con este fallo las autoridades migratorias pueden empezar el proceso de deportación de Beatrice Munyenyezi, el cual, a su vez, acepta apelación.
Sus abogados declararon que de regresar a Ruanda esta mujer podría enfrentar persecución y por ello están avaluando solicitar a la corte de apelaciones con asiento en Boston que el caso se nuevamente escuchado ahora por el pleno de la corte.
Actualmente Beatrice Munyenyezi cumple su sentencia en una prisión federal en el estado de Alabama.
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