El miércoles de esta semana inició la vigencia de una controvertida ley en el estado de Indiana, Estados Unidos, conocida como ley de libertad religiosa, que al haber pretendido dar la pauta legal para negar servicios a homosexuales por razones religiosas, está siendo retada de una interesante manera por la Primera Iglesia de Cannabis, fundada por Bill Levin, un vecino de Indianápolis.
La mencionada ley fue aprobada por la Cámara de representantes de Indiana el pasado mes de marzo. Esta ley de libertad religiosa establece que el gobierno no pude imponer obligaciones por encima de la libertad religiosa de las personas, a menos que pueda demostrar que tiene un interés apremiante y lo está haciendo por los medios menos restrictivos. Esto significa que por razones de conciencia se hubiera podido negar la prestación de servicios a los homosexuales.
Por la controversia que generó la iniciativa, el gobernador de Indiana, Mike Pence, solicitó que se introdujera una disposición según la cual se establece que la ley no está por encima de las disposiciones locales que prohíben la discriminación por razones de orientación sexual. Incluida la previsión, la ley fue promulgada.
Frente a la aprobación de la ley, Bill Levin, de oficio carpintero, entre otros, pensó que si pese a las críticas y oposición la ley era un hecho irreversible, podía usarla para conseguir otro objetivo muy anhelado por él que es la legalización del uso de la marihuana, prohibido en ese estado. Así que fundó la Primera Iglesia de Cannabis que tuvo su primer servicio religioso el miércoles de esta semana, coincidiendo con el inicio de vigencia de la ley, y bajo una masiva vigilancia policiaca.
Desde la semana pasada, conociendo las intenciones de Levin y su iglesia, la policía advirtió que las leyes que prohíben el uso de marihuana en el estado siguen vigentes y que por tal motivo detendrían a quienes fumaran esta sustancia.
Durante el servicio del miércoles, en el que los asistentes cantaron, bailaron y dieron testimonio sobre el uso de marihuana medicinal, no se prendieron cigarros de marihuana sino puros o cigarros de tabaco. Lo anterior porque el “ministro” Levin hizo saber claramente a la feligresía que la ley debía ser retada civilmente y no penalmente por lo que no valía la pena ser detenidos por la comisión de un delito.
No se descarta que más adelante se enciendan los cigarros de marihuana, pero eso será cuando la base filosófica de la Primera Iglesia del Cannabis pueda explicar y vincular el consumo de marihuana con razones espirituales fundamentando así su uso, algo en lo que ya está trabajando Levin y un equipo de abogados.
Así que los políticos y ciudadanos que creyeron que con la ley de libertad religiosa podrían sentarse cómodamente en su banquito de la moralidad, se han encontrado con alguien que está buscando la forma de usar sus propias armas en su contra. Nadie sabe para quién trabaja.
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