El pasado viernes, la Dieta de Japón aprobó una reforma a la legislación laboral la que el primer ministro de ese país, Shinzo Abe, dijo que es la mayor reforma laboral en décadas.
“Esta es la primera reforma importante en 70 años”, declaró a los medios el primer ministro, refiriéndose a la Ley de Normativa Laboral de 1947. “Rectificará la cultura de trabajar largas horas, erradicará el término de ‘trabajadores no regulares’ para que sus carreras sean más compatibles con sus labores de crianza y asistencia”.
El paquete legislativo aprobado incluye reformas a ocho leyes y por primera vez pondrá un límite al jornada extraordinaria en 360 horas anuales. Excepcionalmente podrán extenderse a 720 horas al año. Los patrones que no cumplan podrán ser sancionados.
La ley, sin embargo, exceptúa de los límites de jornada extraordinaria a los llamados “especialistas” que son empleados con ingresos anuales mayores a 10.75 millones de yenes y que suelen incluir a especialistas en finanzas. La excepción a este “sistema de alto nivel profesional”, como se llama oficialmente, ha sido cabildeado por diferentes empresas, y es fuertemente criticado por la oposición porque no pone fin al arraigado problema de karoshi o muerte por exceso de trabajo.
Este sistema permite que los empelados sean remunerados en función de su desempeño y no por las horas trabajadas lo que el gobierno dice que flexibilizará el trabajo e incrementará la productividad.
La oposición señala que lo que logrará es que sea más difícil para los familiares de las víctimas de karoshi demostrar el vínculo entre la muerte y el exceso de horas de trabajo porque las horas ya no serán registradas.
Otra reforma que fue impulsada es la conocida como “trabajo igual, salario igual”, que pretende disminuir la brecha salarial entre trabajadores de tiempo completo y los que se conocen como trabajadores no regulares, quienes trabajan medio tiempo o son personal temporal. Actualmente reciben un salario menor que el personal de tiempo completo, independientemente de si realizan el mismo trabajo o tienen las mismas habilidades o calificaciones.
La iniciativa, muy deseada por el primer ministro por suponer un impulso a su carrera política, también ha sido criticada porque se realizó de forma descuidada respecto de un tema que era de capital importancia y que se refiere al sistema laboral discrecional, según el cual los patrones pagan a sus empleados por un número predeterminado de horas en lugar de las horas trabajadas, lo que significa que las horas extra no son pagadas si no fueron acordadas entre las partes de antemano.
La reforma en este aspecto fue eliminada de la iniciativa antes de ser presentada porque se descubrió que la información en que el gobierno la sustentaba tenía un gran número de errores estadísticos.
La aprobación de la ley ha sido una victoria importante para Shinzo Abe y que podría mantenerlo en la posición. De ser así, su próxima gran reforma sería a la Constitución japonesa, un sueño largamente acariciado por el primer ministro.
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