La justicia es un ideal que se ha establecido la humanidad, pero como tal, es inalcanzable
En las últimas semanas el tema de la justicia y el derecho ha circulado mucho en los medios, a partir de las declaraciones del titular del ejecutivo al referirse a la normas que regulan la actuación del estado como “una maraña… que impiden avanzar para hacer justicia”, agregando que “cuando hay que optar entre el derecho o la justicia, tiene que prevalecer la justicia”, y rematando con una frase de John Locke, filósofo y médico ingles del siglo XVIII: “la ley es para el hombre, no el hombre para la ley”.
Expresiones que parecen contradictorias con otras posiciones en las que se afirma que “habrá un auténtico estado de Derecho”, o “Al margen de la ley, nada y por encima de la ley, nadie.”
En la mayoría de las ocasiones hablar de “Justicia” es entrar al campo de la filosofía y del pensamiento subjetivo. Para los filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles la justicia estaba relacionada con la virtud y el orden.
Después, los grandes juristas romanos Ulpiano y Cicerón entendieron que la justicia era todo aquello que estuviese ajustado al derecho, estableciendo el concepto más conocido: Justicia es dar a cada quien lo que le corresponde.
Después la justicia estaría relacionada con los conceptos religiosos y la moral. Luego se hablaría de ley natural, de una serie de derechos que tenemos por el simple hecho de ser personas, que parten de la naturaleza del hombre. (A este corriente del ius naturalismo pertenece John Locke, al que hizo referencia el titular del ejecutivo federal) y luego vendría el ius positivismo, en el que lo justo es lo legal, lo que se establece en las leyes que emanan de la autoridad.
Esto son los principales conceptos de justicia entre los cuales nos debatimos cuando abordamos el tema.
Cuando decidimos que algo “no es justo” lo vemos desde el punto de vista de la virtud, de nuestro valores, de lo que consideramos el actuar correcto de las personas a partir de ideales, pero los ideales son modelos de perfección a seguir y, por ende inalcanzables. Lo que es bello para uno no lo es para el otro. Lo que es justo para uno no lo es para el otro.
Viendo la justicia desde este punto de vista, no existe. Cuando el castigo que reciben dos niños por la misma conducta es distinto, sin duda uno de ellos lo considerara injusto. Al ser un ideal de cómo deben de ser las cosas, ese estado de cosas es visto de forma distinta por cada persona, se convierte en inalcanzable.
Tampoco existe la justicia cuando decimos que una decisión es legal pero no es justa. En este caso estamos haciendo referencia al ius positivismo y al ius naturalismo. Ejemplos: El apartheid fue un régimen legal de segregación racial que existió en Sudáfrica hasta 1992, en el que las personas negras eran abiertamente discriminadas y humilladas, era legal, pero un justo. Lo mismo sucede con la segregación en Estados Unidos. Como los estados no podían eliminar los derechos de los negros, garantizados en la Constitución, se usó en su reemplazo la "segregación" bajo la idea de "Separated but Equal" o en español "Separados pero Iguales". La idea era que mientras las oportunidades que eran otorgadas fueran iguales para todos los miembros de una raza, esto era legal. Y claro, como todo termina haciendo referencia a Hitler, también el trato que recibieron los judíos en el régimen nazi fue legal.
En estos casos nos parece obvio que se trata de algo “injusto”, pero si hacemos referencia al derecho que se ha otorgado a las parejas del mismo sexo a casarse, o las decisiones que favorecen el aborto, la diferencia entre lo justo y lo injusto se hace más tenue.
En estas ideas nos debatimos afirmando que queremos justicia, pero en lo concreto, rara vez la justicia para uno es lo mismo que para el otro, o incluso pueden ser contradictorias.
Por eso afirmo que no existe.
Y en ese vacio, lo único que queda es el Derecho, que trata de alcanzar lo inalcanzable.
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