A los 84 años de edad falleció Ira B. Harkavy quien es recordado como un juez de la corte civil de Brooklyn, Nueva York, habituado a sentenciar como Sancho Panza, conforme a lo que le parecía más lógico y no lo más usual. Su sentencia más famosa fue contra de un arrendador a quien lo condenó a 15 día de arresto domiciliario en un departamento del edificio que rentaba.

En diciembre 7 de 1987 el juez Harkavy sentenció a Morris Gross a 15 días de arresto domiciliario en el edificio que rentaba por no haber atendido adecuadamente las más de 400 quejas que se habían documentado sobre el inmueble. El edificio estaba en tan malas condiciones que un abogado de la oficina de inmuebles de Nueva York se refirió al caso como “el tipo de situación en que un propietario compra un inmueble y lo desangra”.

Además, el juez Harkavy multó a este propietario con $32,000 dólares por desacato a la Corte y le ordenó pagar $137,900 dólares como sanciones civiles, dinero que sería utilizado para hacer las reparaciones necesarias.

Morris Gross inició el cumplimiento de su sentencia en febrero de 1987 en un departamento remodelado y pintado. Se le puso un dispositivo electrónico en el tobillo y se hizo acompañar de dos guardias de seguridad, quizá temiendo por su seguridad frente a los molestos arrendatarios que le dieron la bienvenida con un letrero que decía “Bienvenido reptil”.

Rubiela Rodríguez, una inquilina en aquel entonces, recuerda que Morris Gross usó todo el tiempo lentes oscuros tratando de ocultar su rostro. “Cuando venía a cobrar la renta no ocultaba su cara”, recordó esta mujer.

La sentencia, primera en su tipo en haberse dictado y aparentemente la única, pareció surtir efectos pues una cuadrilla de trabajadores se dio cita en el edificio para iniciar las labores de reparación que los inquilinos había reclamado y un mes después de que Gross terminó de cumplir su sentencia (con ocho días de anticipación por buena conducta), casi todas las deficiencias habían quedado subsanadas.

Morris Gross prometió no volver a dañar a las personas e incluso se retiró del negocio inmobiliario.

En 1992 el edificio fue embargado por la ciudad por falta de pago de impuestos y aunque al principio se ideó un esquema para que los inquilinos compraran sus departamentos, el gobierno de la ciudad retomó la propiedad y lo convirtió en un edificio de renta controlada.

Esta sentencia del juez Harkavy fue la inspiración para la película de 1991 titulada The Super y que fue protagonizada por Joe Pesci. En ella el propietario fue condenado a vivir 120 días en el edificio que rentaba en donde al principio hasta las ratas lo trataban con desprecio.

Más información Nytimes.com

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