Imagen de adolescente en fondo negro, con mano en la mitad de su cara

Joven inglesa de 21 años es acusada de haber agredido sexualmente a otra joven con quien se involucró haciéndole creer que era un hombre

En una situación que se antoja por demás absurda, por segunda vez en Inglaterra se está procesando a una mujer por haber mentido a otra haciéndole creer que era un hombre y haberse involucrado emocional y sexualmente con ella bajo esta mentira.

La acusada se llama Georgia Bilham, una joven de 21 que es acusada por otra, cuyo nombre se mantiene reservado por razones legales, que, de acuerdo con el procedimiento, tiene una deficiencia visual tan profunda que puede considerarse legalmente invidente.

Georgia Bilham creó en Snapchat un perfil falso como George Parry, bajo el que contactó a la víctima, a quien conoció por primera vez cuando tenía catorce años, y a otra joven que prestó declaración la semana pasada.

Interrogada por su abogado, Georgia Bilham explicó que había creado ese perfil falso para tratar de escapar de su vida infeliz y de la desaprobación de su madre por mantener una relación con otra mujer.

La relación entre las jóvenes trascendió lo virtual y tuvieron contacto personal en varias ocasiones, durante las que Georgia fingía una voz más grave, con un acento diferente al de la región en que viven. Durante esos encuentros siempre llevaba puesta la capucha de su suéter, diciendo que no quería que la mafia albana la reconociera por su cabello rubio. Es decir, se hizo pasar por una persona involucrada con un grupo de pandilleros albanos al que conoció cuando salía con un joven de nombre Denis.

Como parte de estas mentiras dijo que se hizo pasar por hombre no para engañar a su víctima sobre su sexo, sino para que no supiera que se trataba de ella, pero que asumió que después de un accidente automovilístico en el que ambas estuvieron involucradas, la víctima había conocido que George era en realidad mujer.

Lo anterior porque uno de los oficiales de la policía la identificó como mujer. Cuando la víctima le preguntó si era mujer, le dijo que había entregado una identificación falsa que la mafia albana le había dado, pero que era hombre. Pese a la insistencia de la víctima en saber la verdad, la acusada siguió insistiendo en que era un hombre. Así, se involucraron sexualmente.

El caso resuena con otro semejante en el que una mujer de nombre Gayle Newland, fue sentenciada en 2015 a ocho años de prisión por haber engañado a una mujer haciéndose pasar por hombre. Cuando la relación trascendió a lo físico, ella, con su alter ego masculino, pidió a la víctima que usara en todo momento una venda en los ojos porque, dijo, se sentía inseguro de su apariencia por una cirugía de cerebro.

Este caso fue apelado y se ordenó que se repusiera el proceso en el que también fue encontrada culpable de abuso sexual y condenada a prisión.

Quizá Georgia Bilham se inspiró en este antiguo caso para atraer a su víctima por razones inciertas, pues asegura ser heterosexual y no desear cambiar de género.

Llama la atención que parece que entre más complicadas e increíbles son las mentiras, es más fácil que la presa caiga.

En este caso, se han presentado 17 cargos de agresión sexual en contra de Georgia Bilham. Esta semana ella fue interrogada y el proceso continúa.

Más información theguardian.com

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