Pese a que esta nota se relaciona con una celebridad, la he querido comentar aquí por la connotación que tiene en el ámbito jurídico y político de nuestro país.
Me refiero a Peter Gabriel, y no es que yo sea pitonisa, pero será noticia la próxima semana, no solo por los dos conciertos que dará, uno en el Foro Sol y otro en Guadalajara, sino también porque tras haber recibido la petición de numerosas personas para interceder por la impartición de justicia en el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, planea entregar una carta al presidente Calderón solicitando la acción de las autoridades en la investigación y resolución en dicho caso.
Y como si lo estuviera viendo. Los titulares de los periódicos estarán repletos de declaraciones de políticos mexicanos, rasgando sus vestiduras por la intromisión en asuntos nacionales de un extranjero y el ataque a la soberanía nacional, y si no estoy equivocada y la historia en nuestro país sea recurrente, no faltará el personaje que solicite que se declarado persona no grata y se le aplique el 33 (constitucional, claro).
Me pregunto, Peter Gabriel ¿con su carta y solicitud atacará la soberanía nacional? ¿No tenemos los mexicanos la piel sensible, quizá debido a las numerosas intervenciones que sufrimos durante el siglo 19, respecto de lo que los extranjeros opinen o digan de nosotros? (Véase el caso del cantante italiano que se convirtió en el enemigo público número 1 de este país por haber descrito a las mexicanas como bigotonas).
Constitucionalmente, los extranjeros tienen los mismos derechos que los mexicanos, salvo lo que se refiere a derechos políticos o electorales, y de ahí que no puedan opinar, al menos públicamente, sobre asuntos nacionales. Recordemos el linchamiento político que recibió en su momento José María Aznar, por hacer declaraciones que a unos no les gustaron.
Pero ¿el caso de la muertas de Juárez es de índole político? Se ha politizado, claro, como todo en nuestro país, pero no deja de ser un caso de derechos humanos violentados, no solo en cuanto a los asesinatos por si mismos, sino en cuanto el derecho de las familias de que se les haga justicia. Y el hecho es que no ha pasado nada respecto de la investigación del caso y nadie ha sido juzgado, vamos, ni siquiera detenido.
Yo creo que solicitar acción en este caso no es violatorio de la soberanía nacional, porque se trata de mexicanas, asesinadas en México, pero no se trata de si las autoridades federales o estatales hicieron o dejaron de hacer o si tal o cual partido hizo o declaró. Por encima de todo se trata de mujeres, seres humanos, vilmente asesinadas y pese a ser cientos de ellas, ninguna autoridad ha hecho nada por hacer justicia.
El problema no es que Peter Gabriel le solicite acción al Presidente en este caso, el problema es que en lugar de andar viendo moros con tranchetes, nuestras autoridades no se pongan a trabajar. Y lo más triste es que nosotros tampoco estemos exigiendo con mayor vehemencia la solución de estos asesinatos y tengamos que esperar a que vengan de afuera a recordarnos que hay miles de deudos a quienes no se les ha hecho justicia.