Con fundamento en una ley de 2014, son varios los consejos de ciudades en el Reino Unido que han emitido órdenes de protección en espacios públicos, PSPO por sus siglas en inglés, en las que prohíben el uso de lenguaje “vil y abusivo” en plazas públicas. Se trata de una medida que, por supuesto, ha generado mucha crítica.
En 2014 se emitió la Anti-social Behaviour, Crime and Policing Act que es la ley que fundamenta la emisión de las PSPO por parte de las autoridades con el objetivo de evitar conductas antisociales. Así, por ejemplo, cuando se puso de moda entre los jóvenes llevar los pantalones a media cadera, varios consejos emitieron este tipo de órdenes para multar a quienes enseñaran más centímetros de calzones que los legalmente permitidos.
El incumplimiento a las PSPO respecto del lenguaje, que en por lo menos 15 ciudades incluye maldecir, tiene como consecuencia la imposición de una multa que en caso de reincidencia puede llegar hasta las mil libras esterlinas.
El problema radica en saber qué se entiende por lenguaje grosero y el tipo de palabras que se pueden considerar ofensivas por lo que, muchas veces, la imposición de multas depende del oficial de la policía y su nivel de tolerancia al lenguaje altisonante. Por supuesto, siempre queda poner a la decisión de un juez si la multa impuesta por el uso de lenguaje procaz es legítima o una exageración.
Para los defensores de derechos humanos este tipo de órdenes es violatoria del derecho humano a la libertad de expresión, mientras que los consejos que las han impuesto dicen que han ayudado a mantener un mayor orden público y a la reducción en la comisión de faltas.
Lara ten Caten, abogada de la organización de derechos humanos Liberty, es una voz respecto de la primera posición: “Los PSPO son poderes peligrosamente amplios del que los consejos locales están haciendo mal uso sistemáticamente", declaró a los medios. “Ya sea para criminalizar a los que duermen en la calle o para restringir la libertad de expresión, estos poderes contundentes se están utilizando con poca responsabilidad, a menudo en contra de las personas vulnerables.
“Incluso hemos escuchado de personas con problemas de salud mental que están particularmente angustiados ante la posibilidad de que puedan violar inadvertidamente una prohibición de maldecir en su área y sienten que gran parte de sus comunidades locales se cierra a ellas porque estas prohibiciones son tan vagas que hacen que sea imposible saber si puede ser castigado solo por hablar".
En la defensa de la medida se pronunció Alistair Sinclair, quien fue canciller de Lancaster en 2016 cuando se prohibió maldecir en el centro de la ciudad. “Maldecir sólo se convierte en una ofensa si causa molestia, alarma o angustia y [la PSOP] es una de varias medidas que los consejos usan para responder a una pequeño y persistente grupo de individuos que ocasionan comportamiento antisocial en el centro de la ciudad de Lancaster”.
¿Qué dice de una persona el uso de palabras soeces? La creencia general, avalada por algunos estudios lingüísticos, es que quien usa muchas groserías al hablar carece de vocabulario, aunque este tipo de estudios han sido contradichos por otros efectuados por científicos cognitivos del Marist College y del Colegio de Artes Liberales de Massachusetts según los cuales quien tiene fluidez en el lenguaje conoce también muchas palabrotas. Sin embargo, conocer muchas palabrotas no implica que se usen todo el tiempo.
Hipótesis sobre los efectos del lenguaje van y vienen y si el excesivo uso de palabrotas es reflejo de una sociedad en decadencia o de una sociedad liberal, depende muchas veces del punto de vista que cada uno quiera adoptar, pero en México hemos llegado al punto de que si se llegara a adoptar un tipo de prohibición al lenguaje soez, mucha gente se quedaría muda.
Más información theguardian.com
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