Desde hace más de dos años México y Canadá se han enfrentado con Estados Unidos por el etiquetado de la carne, y en un nuevo capítulo nuestro país ha hecho patente su rechazó a una iniciativa para enmendar la ley que regula el etiquetado voluntario del país de origen en carne de puerco y pollo.

Esta iniciativa establece como requisitos del etiquetado cárnico que incluye el requisito de señalar el lugar de nacimiento, engorda y sacrificio del ganado, “lo que continuaría incentivando la segregación en la cadena de suministro” señala la Secretaría de Economía.

México y Canadá ya obtuvieron una victoria ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por el etiquetado obligatorio de país de origen (COOL, por sus siglas en inglés) donde el organismo señala que las reglas de Etiquetado de País de Origen que aplica Estados Unidos para la carne importada, discrimina y perjudica a los productores mexicanos y canadienses, a la vez que representan una violación a las obligaciones comerciales internacionales por parte de su socio estadounidense.

No obstante, ante la falta de cumplimiento por parte de Estados Unidos, un panel arbitral de la OMC debe determinar el monto de las represalias que ambos gobiernos podrán imponer en contra de los productos estadounidenses, mismo que podría ascender a 3 mil millones de dólares.

De mantenerse y aprobarse la iniciativa es “inminente e inevitable” que se apliquen represalias en contra de Estados Unidos, al ser la legislación incompatible con la decisión final de la OMC.

La aplicación de represalias en contra de Estados Unidos es inminente e inevitable, a menos que ese país derogue la legislación relativa a los requisitos de COOL.

Este tipo de etiquetado daña a toda la cadena de producción relaiconada con las exportaciones canadienses y mexicanas de ganado y está dañando a los productores, ganaderos, procesadores, trabajadores de plantas y distribuidores de estos productos.

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