En relación con el caso de la niña “robada” en un hospital del Distrito Federal, ya se detuvo a la mujer responsable de sacar a la menor del hospital y se está investigando la posible participación de los padres en el delito ya que la acusada declaró que los papás le “regalaron” a la niña.
Se deben precisar los términos. La bebé es una persona humana y no un objeto por lo que no se debe hablar de robo que según el Código Penal Federal es el apoderamiento de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley. Por tanto, se trata de un delito de secuestro.
Y debido a la razón antes expuesta, tampoco se puede decir que la niña fue “regalada” y en caso de que se compruebe que los papás establecieron un acuerdo previo con la acusada, se configuraría el delito de abandono de personas.
Lamentablemente esta situación de “regalar” bebés no es tan inusual como nos gustaría, ya que muchos padres, quizá desesperados por su situación económica sin que ello sea excusa, entregan a sus niños a otras personas a cambio de dinero con lo que se configura la trata de personas.
Si la madre o el padre no pueden cuidar de sus hijos, lo ideal es que conforme a las disposiciones legales aplicables en sus estados, entreguen a esos niños en adopción, acción mediante la cual no cometen ningún delito y dan a los niños la oportunidad de integrarse rápidamente a otra familia sin que se vea complicada su situación legal.
Mediante este proceso la madre renuncia ante un juez a la patria potestad del menor, acto con el cual el juez entrega dicha potestad y custodia a otra persona o a una institución de asistencia que se encarga de entregar esa patria potestad a otra persona. Con este procedimiento en un plazo de dos o tres meses, el niño se incorpora legalmente a su nueva familia.
Cuando hay abandono, por otro lado, el estado debe dejar pasar un plazo de tiempo, que generalmente es de seis meses, antes de pronunciar legalmente el abandono, retirar la patria potestad y entregarla a las instituciones pertinentes para que a su vez busquen papás para ese niño. Y mientras el tiempo pasa, el menor no se incorpora plenamente a una familia que le provea del cuidado, atención y amor necesarios para su desarrollo físico y emocional.
Pero para tener en cuenta las necesidades de los niños, debemos expresarnos correctamente y dejar de hablar de ellos como si fueran objetos susceptibles de intercambio mercantil.
Fuente El Universal