El tema penitenciario se ha vuelto a poner bajo el reflector público, como suele hacerse periódicamente, aunque la realidad sea que se discutan los viejos problemas una y otra vez sin que aparentemente se estén resolviendo.
La sobrepoblación de reos, la falta de trabajo carcelario o el hecho de que no haya prisiones diferentes para sentenciados que para indiciados, son algunos de los problemas que gobierno tras gobierno y generación tras generación de estudiantes de derecho analizan porque son situaciones no resueltas.
Es cierto que no basta con endurecer las leyes para perseguir al crimen organizado si el sistema penitenciario, una vez que son sentenciados, no funciona apropiadamente como un sistema de readaptación y reinserción social, lo que tampoco significa que la solución sea matarlos para que haya más espacio, es decir, la pena de muerte.
El gobierno capitalino en este tenor anunció a la Secretaría de Gobernación que dada la sobrepoblación carcelaria se encuentra físicamente impedido de recibir más reos del orden federal por lo que el jefe de gobierno dice que no se trata de desacato sino de una realidad material.
Para acabar con la sobrepoblación, en el Distrito Federal se planea la construcción de otros dos centros carcelarios aledaños a los Reclusorios Norte y Oriente, con capacidad para 2 mil reos cada uno. Se anunció además que se planea la construcción de un complejo penitenciario que constará de cuatro cárceles y que podrá albergar a 7 mil internos.
También en materia penitenciaria en el mes de mayo se anunció la compilación de una base de datos que contendrá las huellas digitales y antecedentes de todos los reos del sistema penitenciario del Distrito Federal, pues en este momento existen varias bases de datos al respecto, algunas de las cuales no están automatizadas.
Ya hay 7,500 expedientes en esta base de datos y se anunció que se avanza a un ritmo de 40 expedientes por día. Con una población de 40 mil presos, se prevé que esta base de datos quede finalizada dentro de tres años.
Y con este tema regresamos a la discusión recurrente sobre si la solución en México contra la delincuencia es construir cárceles más grandes, implementar la pena de muerte, endurecer leyes u optar por la educación.
Así que mientras en México construimos más prisiones, en Holanda el gobierno está por cerrar algunas. ¿No será que nos aceptan algunos cuantos reos? Fuente El Universal