El día de ayer, el Excelsior publicó un reportaje en donde se destaca que en Chihuahua no cuentan con pruebas suficientes en contra de 167 presuntos sicarios, principalmente en Ciudad Juárez, que obtienen su libertad, al no existir pruebas en su contra.
En ese artículo se destacan las declaraciones del fiscal general del estado, Carlos Manuel Salas, que señala que al menos en el caso de 60 presuntos sicarios la única prueba que se tiene es una confesión hecha ante los policías que los detuvieron, pero sin la presencia de un abogado y un ministerio público.
En el nuevo sistema de justicia penal esas confesiones son inadmisibles, así que al no existir otro tipo de pruebas los acusados salen libres. Existen otros 107 presuntos sicarios que podrían estar en las mismas condiciones.
El nuevo sistema de justicia penal o sistema procesal penal acusatorio se estableció el 18 de junio de 2008 y deberá estar funcionando en todo el país el 19 de junio de 2016.
En este sistema el juez debe reconstruir el hecho histórico y determinar la responsabilidad del acusado, con base en las pruebas presentadas tanto por la parte acusadora como por la defensa.
Según el informe de Avances en la Implementación de la Reforma de Justicia Penal a enero de 2011, el nuevo sistema procesal penal acusatorio está funcionando plenamente en todo el estado de Chihuahua desde el 1 de julio de 2008. En otros seis estados existen grandes avances en el tema, pero el sistema no funciona en toda la entidad. Por otra parte, en 21 estados están en la etapa de planeación, pero en siete estados no presentan ningún avance.
Conforme al Programa Rector de Capacitación y Difusión de la Secretaría Técnica del consejo de Coordinación para la implementación del Sistema de Justicia Penal, la capacitación se enfoca principalmente al juicio oral y el proceso judicial.
Pero con el caso Chihuahua está quedando de manifiesto que el talón de Aquiles de la implementación de este nuevo sistema son las etapas de entrevista e interrogatorio de los detenidos, la investigación científica del delito y la revisión de las evidencias. Estas etapas son trascendentales, ya que es en ellas cuando se generan las pruebas necesarias para sostener las acusaciones.
De no avanzar con mayor velocidad los trabajos para implementar el nuevo sistema de justicia penal, fortaleciendo además las etapas citadas en el párrafo anterior, el sistema hará crisis en 2016, pero no por falta de funcionalidad, sino por negligencia y descuido en una parte medular del mismo: la obtención de las pruebas.
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