Con la priorización de la salud mental, se conjuntan en la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones atribuciones de diferentes organismos
Citando instrumentos internacionales firmados por México, estadísticas en materia de salud, la aproximación actual hacia la salud mental y las adicciones y la obligación del Estado de garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades, el 29 de mayo se publicó el Decreto por el que se crea la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones como un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Salud.
No se trata de una nueva Comisión, sino de la concentración en un solo organismo de las funciones realizadas por los Servicios de Atención Psiquiátrica, del Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental y de la Comisión Nacional contra las Adicciones, lo que significa que los recursos humanos, materiales y financieros de estos organismos se reasignarán, en un plazo no mayor a 90 días hábiles, contados a partir del 30 de mayo, a la Comisión Nacional de Salud Mental y Adiciones, con sujeción al presupuesto autorizado para el ejercicio fiscal correspondiente y respetando los derechos laborales del personal que cambia de adscripción.
En materia de salud mental, el 16 de mayo de 2022 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las reformas a la Ley General de Salud en materia de salud mental en las que se eliminó, entre otros, el modelo psiquiátrico asilar, incorporando el principio de internación voluntaria.
Lo anterior, siguiendo los Principios Rectores para el Desarrollo de la Atención en Salud Mental en las Américas, aceptados en Brasilia, Brasil, en 2005, que enfatizan la protección de los derechos humanos, el reemplazo de hospitales psiquiátricos por redes de servicios comunitarios, la atención integral y multidisciplinaria, la admisión de personas en crisis en los hospitales generales, y la participación de usuarios y de diversos actores sociales en la planificación y desarrollo de los programas y servicios de salud mental.
En México, esta red de servicios a la salud mental se conforma por los hospitales psiquiátricos, las Unidades de Salud Mental y Adicciones, el Centro Integral de Salud Mental, Ciudad de México, la Red de Servicios de Apoyo Emocional a Personal de Salud y las Unidades de Atención en Salud Mental (Plataforma de Servicios de Atención a Mujeres, Niñas, Niños y Adolescentes en situación de violencia-INDESOL), que presumiblemente pasarán a formar parte de la Red Integrada de Servicios de Salud Mental y Adicciones, que será dirigida y coordinada por la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones.
En las consideraciones para la expedición del decreto, se cita que “en México, al igual que en el mundo, el trastorno mental y los trastornos mentales y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicotrópicas, presentan un crecimiento acelerado que contribuye de forma importante a la morbilidad, mortalidad prematura y a una creciente discapacidad psicosocial, además de que aumentan el riesgo de padecer enfermedades crónico-degenerativas que impactan en el perfil de salud de la población”.
De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre Covid-19, se estimó que entre la población adolescente de 10 a 19 años, 6.6% padece depresión, mientras que en la población adulta es el 16.1%; el 19.1% de la población consume tabaco; el 10.3% consume en exceso alcohol; en la población adolescente, el 21.1% consume alcohol y el 6.3% tienen ideas suicidas.
Otra estadística citada es la del Estudio de la Carga Mundial de Enfermedad, realizada por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, que proporciona datos específicos para cada país, en la que se señala que en el caso de México, en 2019 se perdieron 1,710.62 años de vida saludable por cada 100,000 habitantes con padecimientos de trastornos mentales y del comportamiento, entre los que destacan el depresivo mayor (561.98), la ansiedad (347), el bipolar (207.43), la esquizofrenia (190.48) y la distimia (90.28), los cuales se registran con mayor índice estadístico en Quintana Roo, Yucatán, Baja California Sur, Campeche y Tabasco.
Este mismo estudio señala que el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias, representa la pérdida de 3,075.44 años de vida saludable por cada 100,000 habitantes.
La “carga de enfermedad mide la pérdida de la salud atribuible a diversas enfermedades y lesiones, así como la muerte prematura y discapacidad derivada de estas condiciones. Los años de vida saludable perdidos son un indicador valioso, que permite apreciar el impacto de los problemas de salud mental y el consumo de sustancias psicoactivas en la salud, aunque es poco utilizado en la evaluación de la situación del consumo de sustancias en México”, se lee en el Decreto.
Ahora bien, la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones tendrá numerosas y variadas atribuciones, entre las que destacan:
1. Elaborar y proponer la política, estrategias y programas de promoción, prevención, atención oportuna, prestación de servicios especializados de recuperación, tratamiento, rehabilitación, capacitación e investigación en materia de salud mental y adicción (consumo de alcohol, de tabaco, de nicotina y de cualquier sustancia que pueda ocasionar un daño en la salud de la comunidad).
2. Elaborar y proponer las reformas a las disposiciones normativas sobre el control, producción, comercialización, publicidad, importación y exportación de los productos de tabaco, nicotina, alcohol y otras sustancias psicoactivas que puedan ocasionar un daño en la salud de la comunidad.
3. Dirigir y coordinar el Centro de Atención Ciudadana "Línea de la Vida", que ofrece, entre otros, servicios de intervención breve de atención a las personas o familiares con algún problema relacionado a la salud mental como ansiedad, depresión o riesgo suicida, además de consumo perjudicial de sustancias psicoactivas.
4. Diseñar, implementar y evaluar los lineamientos generales para el fomento y reconocimiento de los espacios ciento por ciento libres de humo de tabaco y emisiones, para proteger a la comunidad contra la exposición de segunda mano, así como para contar con un medio ambiente libre de humo de tabaco y emisiones.
Destaca el establecimiento y operación del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, el que se concentrará la información de las instituciones de los tres niveles de gobierno. En este sentido, se dispone la emisión, en coordinación con las instancias competentes de las entidades federativas, de los lineamientos y procedimientos técnicos para la organización, programación y presupuestación relacionados con los programas a su cargo en materia de salud mental y adicción, así como definir criterios para la evaluación operativa de estos programas.
La creación de esta Comisión confirma la priorización que se está dando a la atención a la salud mental, tendencia que se está siguiendo en numerosos países del mundo.
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