Dieciocho organizaciones de pequeños productores de destilados de maguey de todo el país, así como investigadores del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo Sustentable (CEDES) de la Universidad Autónoma del Estado de México, impulsan una propuesta de iniciativa de ley para que sea eliminada la denominación de origen mezcal y se establezcan “denominaciones geográficas por territorios productivos”.
El objetivo de la propuesta es proteger la pequeña producción del mezcal que con la Norma Oficial Mexicana 070 que regula la producción del mezcal, no pueden acceder a certificar su producto ni a ciertos apoyos del gobierno.
Eduardo Sánchez Jiménez, investigador del CEDES, afirma que la norma es restrictiva “homogeneizando a toda la producción y todos los productores del mezcal, porque no es lo mismo el factor humano de Oaxaca que el de Durango. Con la denominación se estandarizan los procesos y se minimiza a los actores, es decir a los productores”.
Asimismo, el investigador considera que la “la denominación de origen es excluyente porque prácticamente en el 90 por ciento del territorio nacional se producen bebidas destiladas de maguey, pero se apropia de la palabra o marca mezcal y del derecho de producirlo, cuando es un patrimonio de los pueblos originarios”.
Si bien mencionó que los productores de Oaxaca, quienes concentran el 92 por ciento de la producción de mezcal del país, alegan que eliminar la denominación de origen provocará que se pierda toda la difusión que se le ha dado, destacó que muchas organizaciones de ese estado están a favor de la iniciativa justamente porque han sido excluidos con la NOM 070 y no están de acuerdo con la forma de operar del Consejo Regulador del Mezcal.
Desde hace diez meses la denominación de origen del mezcal está sujeta a controversia, cuando el territorio al que se refiere se amplió para incluir a municipios de Morelos, Aguascalientes y el Estado de México.
Hasta antes de esa fecha, sólo el mezcal producido en municipios de Oaxaca, Guerrero, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Tamaulipas, Michoacán, Puebla y Guanajuato eran parte de la denominación de origen.
Esto generó protestas por parte del Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal, A.C. (CRM), al considerar que no se han tomado en cuenta los tres factores que exige la Ley de Propiedad Industrial: producto (persistencia cultural), factores humanos (ancestralidad), y factores naturales (magueyes nativos).
La propuesta quiere cambiar la denominación de origen, que identifica a un producto como originario de la misma, “cuando la calidad o las características del producto se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico, comprendidos los factores naturales y humanos, y que haya dado al producto su reputación”, por una indicación geográfica.
En la indicación geográfica la calidad, reputación u otra característica del producto son imputables fundamentalmente a su origen geográfico.
Para algunos expertos, sería suficiente con que la denominación de origen fuera mucho más precisa y enfocado a los estilos de cada región. Es decir, que exista una denominación para el mezcal de Oaxaca y lo distinga del mezcal de otras regiones, sería lo correcto. Como sucede con otras denominaciones de origen en el mundo, por ejemplo el vino de la Rioja, único de la región española con el mismo nombre, pero que no limita la producción de vino en otras regiones.
Pero en cualquier caso, lo que sí es inevitable es que exista una norma que establezca el proceso de producción para que se garantice la estandarización y calidad del producto.
Ya veremos si esta propuesta se puede convertir en iniciativa.
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