Gallinas

Para evitar que se prohíban las peleas de gallos en el estado de Hidalgo, el Comité Gallero de Hidalgo, a través del diputado Enrique Garnica, presentó una iniciativa de decreto para declarar los combates de aves como patrimonio cultural e inmaterial del estado.

El pasado 2 de noviembre concluyó la lucha de los galleros de Veracruz cuando la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que las peleas de gallos no son consideradas una expresión cultural amparada por la Constitución, por lo que prohibirlas no viola la Carta Magna, con lo que se estableció un precedente importante para su prohibición en todo el país.

Pero ante el riesgo, los galleros han buscado otros medios de protección, así, entidades como Puebla, Querétaro, Aguascalientes, Tlaxcala, Zacatecas y México han declarado a la pelea de gallos como patrimonio cultural e inmaterial.

Los argumentos para la protección son los mismos que se han esgrimido para evitar su prohibición: que las peleas de gallos es una práctica centenaria, heredada desde la colonia; que tiene una importancia económica por los ingresos que genera y como creadora de empleos, etcétera.

En el caso de Hidalgo el presidente de los galleros en la entidad, Javier Pelcastre Guerrero, dice que la propuesta la habían trabajado desde hace tres legislaturas atrás, sin embargo, fue hasta esta ocasión que el legislador de Morena aceptó subir a tribuna este tema que consideran una de las tradiciones más importantes del país.

En la iniciativa se destaca que en México existen más de mil 200 clubes y asociaciones de creadores de gallos de pelea que realizan en promedio 20 eventos por temporada, de noviembre a junio.

La industria gallera aporta para el país anualmente más de 36 mil millones de pesos en impuestos y genera miles de empleos, ya que hay 4 millones de personas dedicadas a la industria gallística.

Si los galleros están tan interesados de conservar está “tradición” podrían eliminar prácticas como cortarles los espolones para sustituirlos por navajas, o arrancar las plumas o mutilar las crestas y barbillas para prevenir que otros gallos se los arranquen dentro del ring. Y lo más importante, en la mayoría de los casos las peleas son a muerte.

¿Por qué no, como algunos proponen, se evoluciona la práctica y se eliminan los elementos ajenos a los animales como las navajas y los innecesarios combates a muerte?

Aunque varios estados han utilizado la declaración como patrimonio cultural e inmaterial como instrumento para evitar la prohibición de las peleas de gallos, tal vez esas declaraciones no resistan una impugnación en tribunales ya que la propia decisión de la SCJN establece que si bien las peleas de gallos son expresión de una determinada cultura, ninguna práctica que suponga el maltrato y el sufrimiento innecesario de los animales puede considerarse una expresión cultural amparada por la Constitución.

Más información eluniversal.com.mx

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