La Corte Intermedia Número 2 de Pekín, China, sentenció esta semana al abogado Xia Lin, de 46 años de edad, a 12 años de prisión, una sentencia que grupos defensores de derechos humanos han denunciado y que han calificado de excesiva por cargos que fueron inventados.
El abogado Xia Lin fue detenido por fraude en noviembre de 2014 y su proceso inició el pasado mes de julio. Se trata de un miembro moderado del otrora vibrante grupo de abogados defensores de los derechos humanos, y que representó a personas como el artista disidente Ai Weiwei, al también abogado de derechos humanos Pu Zhiqiang y a Guo Yushan, un prominente activista detenido en 2014 por haber hablado a favor de las manifestaciones pro democráticas en Hong Kong.
La severa sentencia es vista por organizaciones de derechos humanos como una señal de la dureza con el que gobierno actual del presidente Xi Jinping está reprimiendo a la disidencia y a las voces opositoras al régimen.
Maya Wang, activista de Hong Kong, dijo: “La severa sentencia en contra de Xia Lin envía una todavía más severa advertencia a la comunidad de abogados de derechos humanos, que ha estado bajo una sostenida ofensiva el último año”.
Por su parte, Patrick Poon, de Amnistía Internacional en China, se dijo conmocionado por la gravedad de la sentencia que “es realmente obvio que está políticamente motivada”.
“Solo podemos ver un futuro muy sombrío para los abogados que en China trabajan en casos de derechos humanos”, añadió Poon. “Esto (subraya) la actitud del régimen actual hacia los activistas de derechos humanos… Sugiere que el régimen de Xi Jinping (ha decidido mostrar) una mano muy dura hacia los abogados”.
Para muchos, la censura que se está sufriendo en el régimen actual es la peor que siguió a las protestas de la Plaza de Tiananmen.
Sobre el tema, Jeff Wasserstrom, profesor de Historia de China en la Universidad de California, dijo: “Me siento verdaderamente muy conmocionado. Estoy más desanimado por las corrientes políticas en China que lo que he estado desde principios de la década de los 90 y pienso que no estoy solo en ello”.
El profesor Wasserstrom reconoció que los ciudadanos de China gozan hoy de más derechos y libertades de los que gozaban durante la época de Mao y que hay temas que pueden discutir abiertamente como el medio ambiente, o realizar protestas que nos son fuertemente reprimidas.
“Pero las tendencias que parecían estarse moviendo hacia adentro y, al menos, gradualmente a una dirección más esperanzadora, no parecen seguir yendo por ese camino”.
Más información theguardian.com
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