El historiador de la Universidad del Sur de Dinamarca, Bent Jensen, anunció que llevará su caso ante la Corte Europea de Derechos Humanos después de que la Corte Suprema danesa lo declarara culpable de haber difamado al periodista Jorgen Dragsdahl al decir que durante los años 80 había actuado como agente de la KGB.

En 2007 el profesor Jensen escribió en el diario de derecha Jyllands-Posten, que Jorgen Dragsdahl, periodista del diario de izquierda Information, había sido agente de la KGB según los archivos. Tras esta publicación el periodista demandó al historiador por difamación.

El caso escaló todo el sistema judicial de Dinamarca hasta que el pasado 3 de junio la Corte Suprema falló en contra del profesor Jensen y lo condenó a pagar 10,000 coronas como multa, 100,000 coronas por daños y 500,000 coronas por gastos legales en que incurrió el periodista Dragsdahl, todo ello equivalente a poco más de $92,000 dólares estadounidenses.

La Suprema Corte llegó a su conclusión bajo la premisa de que Jensen “conocía que el Servicio de Inteligencia y de Seguridad Danés, PET, después de una exhaustiva investigación concluyó que no había fundamento…para presentar cargos en contra de Jorgen Dragsdahl”.

Sin embargo el abogado del profesor Jenesen, Karoly Nemeth, considera que se trata de un fallo equivocado porque Jensen nunca declaró que lo que hacía el periodista fuera ilegal ya que actuaba como un “agente de influencia” de la KGB, que era la agencia de inteligencia de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.

Hay indicios de que lo que declaró el profesor Jensen es real. Por ejemplo, se cita un artículo periodístico publicado en el tabloide danés Ekstra Bladet en 1992 en el que Oleg Gordievsky, quien fuera general de la KGB y que desertó hacia el Reino Unido, declaró que Jorgen Dragsdahl había sido agente del servicio de inteligencia soviético. Sin embargo el diario se retractó de ese artículo en 1994 después de haber llegado a un acuerdo con el periodista.

Incluso Dragsdahl declaró haber tenido contactos con agentes de la KGB cuando pretendía llevar, por razones personales, a una mujer soviética a Dinamarca.

Los historiadores daneses afirman que muchas decisiones de la OTAN no fueron aprobadas por Dinamarca debido a la presencia en el país de agentes de influencia de la KGB que cabildearon a los legisladores.

Por lo pronto la victoria es para el periodista para quien las declaraciones de Bent Jensen fueron una mentira que le ha costado su carrera: “He estado desempleado. De 2006 a 2007 mis ingresos como periodista se redujeron a una décima parte de lo que eran”. Pero la siguiente parte de este enfrentamiento está por escribirse.

Más información Theguardian.com

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