El miércoles de la semana la Corte de Apelaciones de Rennes, Francia, desechó la demanda presentada por los familiares de la tripulación del Bugaled Breizh, un barco francés que el 15 de enero de 2004 se hundió en el Canal de la Mancha a la altura de Lizard Point, Gran Bretaña, sin que hasta el momento exista ninguna explicación plausible sobre el hundimiento.
Los familiares de los marineros expusieron la teoría de que el barco había sido hundido por un submarino de algún país miembro de la OTAN, y en ese sentido falló un tribunal francés en 2008, considerando que esa era la explicación más razonable del accidente. Sin embargo, al no haberse podido identificar un submarino en particular, no se pudo otorgar compensación a los familiares de las víctimas.
Sin embargo en 2013 otro tribunal estimó que la explicación del hundimiento por un submarino no tenía sustento puesto que se demostró que el submarino británico Turbulent no ocasionó el accidente, y los demás países negaron que alguno de sus submarinos circularan por la zona el día del accidente, incluido los Estados Unidos que negaron haber llevado a cabo ejercicio navales en la zona.
De esta forma las autoridades francesas concluyeron que probablemente el hundimiento se había debido al enganche de algún cable al lecho marino.
Los familiares apelaron esa decisión con la esperanza de que se demostrar el involucramiento de algún submarino de la OTAN a fin de ser compensados. Sin embargo el pasado mes de marzo Pascal Bougy, el fiscal del caso, recomendó que se cerrara el mismo diciendo que la explicación del hundimiento por un cable marino era igual de creíble que el involucramiento de un submarino.
Ante el tribunal, el fiscal Bougy dijo que la corte “debía tener la valentía para señalar que no podemos llevar una investigación indefinidamente cuando estamos seguros de que no hay la menor oportunidad de probar cosa alguna” y a estas contundentes palabras añadió: “Hay una enorme grado de duda. Yo no sé la verdad”.
Así que la corte de apelaciones de Rennes tuvo el valor de declarar que no hay evidencia suficiente para comprobar las causas del accidente y por tanto cerró el caso, terminando así con las esperanzas de los familiares de ser compensados.
Sin embargo siempre cabe la posibilidad de llevar el caso ante la Corte Europea de los Derechos Humanos como lo declaró el abogado de los familiares, Dominique Tricaud, antes de conocer este veredicto, basándose en que “están cerca” de lograr que alguien de la tripulación del submarino británico Turbulent o del francés Rubius “tenga el coraje de decir la verdad”. “Se es un marinero ante que un soldado y creo que hay secretos que un marino no debe llevarse a la tumba”.
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