Jeringa con vacunas

Para evitar el cumplimiento de la ley de 2013 que dispone en Nueva Gales del Sur, Australia, que los niños que no estén debidamente vacunados no podrán ser inscritos en guarderías, el grupo que aboga en contra de la vacunación infantil, Australian Vaccination Skeptics Network Inc, está invitando a los padres de familia a unirse a una iglesia falsa.

Las razones para unirse a la iglesia radican en que la ley vigente en Nueva Gales del Sur, y la que entrará en vigor en 2016 en Victoria, disponen que los niños podrán ser inscritos a servicios de cuidados infantiles si no están vacunados si los padres exponen razones médicas, personales, filosóficas o religiosas para objetar la vacunación.

El grupo anti vacunación está invitando en su perfil de Facebook a los padres que objetan las vacunas a unirse a la Iglesia de Vida Consciente a fin de presentar una objeción legal válida al momento de inscribir a sus hijos a centros escolares. Se trata de una opción para los padres que no quieren unirse a la iglesia de Ciencia Cristiana, única denominación religiosa registrada como tal en Australia que se manifiesta en contra de la vacunación.

Con la finalidad de que los derechos de los padres no sean amenazados, el grupo de los escépticos de la vacunación expone que “hemos decidido crear una ‘religión’ para que, entre otras cosas, podamos argumentar una ‘excepción religiosa’, si llega la necesidad de hacerlo, para nosotros o para nuestros hijos”. Unirse a esta iglesia cuesta $25 dólares australianos.

Sin embargo la Iglesia de Vida Consciente no está registrada en Australia ante la comisión federal de organizaciones caritativas y sin fines de lucro, que registra las denominaciones religiosas, sino ante la Comisión Australiana de Valores e Inversiones como una empresa con fines de lucro.

Frente a esta propuesta las autoridades australianas han recordado a los padres de familia que la ley permite como excepción la presentación de una forma firmada por un médico en la que se declara que el profesionista de la salud ha expuesto detalladamente a los padres los riesgos de no vacunar a los hijos pese a lo cual los padres insisten en no seguir el esquema de vacunación.

Si bien los médicos no tienen la obligación legal de firmar estas formas por objeción de conciencia, la Asociación Médica Australiana aconseja a los médicos que respeten la decisión de los padres sobre sus hijos, después de haberles explicado debidamente los riegos de esa decisión. Pide, además, que si un médico se rehúsa a firmar estas formas o certificados, tal situación se exponga en la sala de espera a fin de que los padres no tengan que pagar la consulta médica sin obtener lo que deseaban.

El tema de la vacunación infantil es uno que ha sido abordado desde varios puntos de vista por los distintos países pues se ha empezado a generalizar la tendencia que afirma que ciertas vacunas pueden ocasionar problemas de salud en los niños, llegando a vincularlas incluso con el autismo, aunque no existen datos científicos fehacientes al respecto.

Por ejemplo, a principios de 2014, la Cámara de Diputados de Chile aprobó una ley en la que se prohíbe la fabricación, importación, distribución y venta de vacunas con timerosal. El timerosal es un compuesto usado desde la década de los años treinta en la fabricación de vacunas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), la hepatitis B, la rabia y la gripe, entre otras, y es descrita por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como un “compuesto orgánico que contiene cantidades muy pequeñas de mercurio y se utiliza para evitar el crecimiento de bacterias y hongos en algunas vacunas inactivadas”. Se trata de una ley que dividió fuertemente la opinión médica en el país sudamericano.

En otros países como en Estados Unidos, particularmente en el estado de Nueva York, la ley establece la obligatoriedad de vacunar a los niños, pero dispone dos excepciones, una cuando un médico certifica que las vacunas pueden ser riesgosas para el niño y la otra por motivos religiosos. Respecto de esta última los solicitantes no tienen que explicar conforme a su fe en qué basan la excepción aunque sí ser los suficientemente convincentes en su razón para que las autoridades educativas concedan la excepción.

Conforme a esta ley, los niños que son dispensados de las vacunas que no son obligatorias no pueden asistir a la escuela cuando se presente un brote de la enfermedad para la que no han sido vacunados. Esta ley fue recurrida judicialmente, pero confirmada el pasado mes de junio.

En otros países, como en Francia, la norma es más estricta habiéndose llegado incluso a procesar penalmente a los padres de dos niños por maltrato infantil al no haberlos vacunado conforme al esquema obligatorio.

Como se aprecia, el tema de la vacunación es aun estudiado por la comunidad científica y también muy debatido socialmente por quienes están a favor y por quienes están en contra.

Más información Smh.com.au

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