El lunes de esta semana se dio a conocer una sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, España, en la que al revocar una sentencia previa reconocen que el suicidio de un agente rural se trató de un accidente de trabajo.
La Sala de Social escuchó la apelación que la viuda y los hijos del agente rural presentaron en contra de una sentencia de un juzgado y en la que plantearon que el suicidio del agente rural en 2012 fue motivada por presiones en el trabajo y que por tanto eran acreedores a la pensión de viudez y de orfandad.
El agente rural que se quitó la vida dejó dos notas en las que explicaba que su participación en las labores de extinción de un incendio le había “roto la vida” y afirmaba que las autoridades catalanas estaban buscando a quien culpar por no haber hecho bien las cosas y que creía que sería él.
Uno de los hijos de este agente declaró ante el Tribunal que su padre había cambiado a raíz del incendio pues estaba bajo mucha presión, mostrándose nervioso y alterado con miedo a las sanciones que pudieran imponerse.
Por estos motivos el Tribunal Superior concluyó que "Su elevado grado de profesionalidad, responsabilidad y autoexigencia le superó emocionalmente hasta el punto de poner fin a su vida, por lo que el origen de su problema psíquico está relacionado con el trabajo" estableciendo así la relación entre el suicidio y su estado de ansiedad concluyendo que se trató de un accidente de trabajo en el que el incendio fue “condicionante de su actuación”.
Los agentes rurales están encargados de velar por la conservación de la naturaleza y la protección al medio ambiente. En la generalitat de Cataluña dependen del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural.
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