El estado de Connecticut en Estados Unidos se convirtió el lunes de esta semana en el primer estado de ese país en aprobar una ley de etiquetado que obliga a los productores de alimentos a especificar si su producto contiene ingredientes genéticamente modificados.
Se trata de una ley que, sin embargo, no entrará en vigencia en el futuro cercano pues el gobernador Dannel P. Malloy acordó con la legislatura ciertas condiciones.
La condición principal establece que la ley solo iniciará vigencia cuando otros cuatro estados del país aprueben una ley de etiquetado en estos mismos términos, y que por lo menos uno de esos estados tenga frontera con Connecticut, lo que significa que Massachusetts, Rhode Island o Nueva York deben aprobar una ley semejante.
De acuerdo con el gobernador lo que se pretende con esta medida es equilibrar el derecho de los consumidores de saber qué contiene el alimento que ingieren, con la protección a la pequeña empresa de responsabilidades que podrían dejarlos en desventaja competitiva.
Los alimentos genéticamente modificados y su etiquetado es un importante tema que ha dividido a la política en los Estados Unidos, ya que si bien más de 20 estados están preparando leyes en la materia, en varios estados los esfuerzos han sido detenidos por los intereses económicos de las grandes empresas que producen ingredientes genéticamente modificados como Monsanto, Dow AgroScience o Bayer CropScience.
Por ejemplo, en California la ciudadanía votó en contra de una iniciativa de ley para obligar al etiquetado en alimentos de ingredientes genéticamente modificados. En este caso tanto Dow como Monsanto invirtieron decenas de millones de dólares en contra de la iniciativa. Antes, en Oregon una iniciativa similar falló también por el cabildeo de las grandes empresas.
Esta misma semana la iniciativa que existe en el estado de Nueva York fue rechazada en el comité legislativo en que se discutía, debido a la intensa acción de cabildeo del Consejo para la Información Biotecnológica, un grupo comercial integrado por las grandes empresas que elaboran semillas y pesticidas genéticamente modificados.
Por su parte el senado de Nuevo México rechazó definitivamente la iniciativa y en Vermont, Hawái y Maine los proyectos están detenidos.
Alaska cuenta desde 2005 con una ley de etiquetado en que se debe indicar la presencia de algún ingrediente elaborado de organismos genéticamente modificados, pero solo es aplicable a productos marinos.
Contrario a los Estados Unidos, Europa ha hecho obligatorio el etiquetado indicando si el producto contiene organismos genéticamente modificados, por lo que el tema va a ser uno en que difieran en las negociaciones del acuerdo de libre comercio. De hecho el Parlamento Europeo pidió que este tema se retirara de las negociaciones de dicho acuerdo que se empieza a negociar entre Estados Unidos y Europa.
Así que los impulsores de la iniciativa del etiquetado en Estados Unidos, si bien han logrado algo con la aprobación de la ley en Connecticut, todavía tienen mucho trabajo por delante.
Más información The New York Times
www.miabogadoenlinea.net