El que dentro de tantas noticias de violencia, tristeza, muerte, miedo y hambre la humanidad se tome un respiro y celebre un día calendario, uno por lo menos, al amor y a la amistad es algo que debería maravillarnos.
Un sentimiento que, sin embargo, no comparte la Organización para la Promoción de la Virtud y la Disuasión del Mal de Arabia Saudita que ayer arrestó a 143 personas por celebrar el Día de San Valentín.
En su cuenta de Twitter anunció pomposamente que los policías, conocidos como leones, habían castigado a los culpables de celebrar al amor y a la amistad y anunciaron que continuarían con la vigilancia y arresto de los que siguieran con esta pervertida práctica de occidente.
Y para evitar los festejos, imitando al Grinch del Dr. Seuss, que quiso acabar con la Navidad robando los regalos, adornos y arbolitos, la policía religiosa confiscó las rosas rojas de las tiendas, símbolo de la festividad.
Siempre es probable que una rosa roja tenga escondido un pensamiento impuro que lleve al roce de manos, a un beso o, peor aún, a una relación sexual, y por ello mejor erradicar las flores para no tener que llegar a mutilaciones o lapidaciones de mujeres pecaminosas, todo con tal de mantener los valores morales y evitar la perversión y el mal en la sociedad.
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