Después de 10 años, Google logró que la Oficina de Patentes de Estados Unidos le concediera la patente sobre sus logos animados, que ellos llaman doodles.
La patente se titula "Sistemas y métodos para incitar al usuario a un sitio Web" y se otorga por inventar “la modificación del logotipo de una empresa ajustándose a una situación histórica o por eventos especiales o que periódicamente modifica una página de inicio para que parezca que despliega una historia, todo ello para incitar a los usuarios a entrar a las página web relacionadas con ese evento .”
Para algunos, ésta es una perversión del sistema de patentes.
Una patente otorga protección jurídica a su titular a fin de que esa invención sólo pueda ser explotada por su dueño, por lo que se cuestiona si con esta patente lo que busca Google es evitar que otros buscadores hagan lo mismo que ellos.
La base de la duda sobre la legitimidad de esta patente es que el sistema de patentes alienta el desarrollo tecnológico recompensando la creatividad intelectual, pero los doodles en realidad no innovan tecnológicamente.
Es por eso que analistas como Matt Rosoff, de la revista Business Insider, dicen que este es un retroceso de las patentes “El sistema de patentes se creó originalmente para fomentar la innovación protegiendo a los pequeños inventores y evitar que sus ideas les fueran arrebatadas por las grandes empresas. Pero cada vez más, las grandes empresas están utilizando las patentes para lo contrario, evitar que los competidores innoven”.
El caso es que la patente ya fue otorgada, por lo que pronto veremos que impacto tiene en la industria.
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