Productora de champán Cristal, una de las bebidas más costosas del mundo, previene a la productora de vinos Crystal sobre la marca
La casa productora de champán Louis Roederer envió a una pequeña productora de vinos británica, una carta de cesar y desistir en el uso del nombre Crystal en uno de sus vinos, por estar infringiendo su marca, Cristal, considerado el primer cava de lujo.
Louis Roederer es una productora ubicada en la región de Reims, fundada en 1776, operando con su nombre actual desde 1833. La historia cuenta que el champán Cristal fue creado en 1876 para el zar Alejandro II en una botella transparente, que es una de las características de esta bebida, una de las más costosas y que es una mezcla aproximadamente igual de uvas Chardonnay y Pinot Noir.
Pues bien, el vino Crystal, producido con uvas croatas de la región de Lombardía, Italia, es marca de la empresa británica Renegade Urban Winery, ubicada en Walthamstow, en el este de Londres. El nombre es el de una estudiante que accedió a prestar la imagen de su rostro para la etiqueta, como María, Jamie y Alf, otros seguidores de la vinícola, lo hicieron también para dar nombre a las diferentes variedades de vino que venden principalmente en Londres.
El fundador de la empresa británica, Warwick Smith, declaró a The Guardian haber recibido la carta de los abogados de la francesa Louis Roederer, sintiéndose extrañado porque, dijo, nunca han tratado de copiar nada ni de subirse a la fama de otra marca para vender más.
Dijo que su vino Crystal es muy diferente del champán cristal, tanto en la etiqueta, como en calidad del vino y precio. Así, una botella de Crystal de Renegade llega a costar unas 27 libras esterlinas y solamente se consigue en los restaurantes de Londres, en tanto que una botella de Cristal puede costar desde 150 hasta más de 600 libras esterlinas.
En la carta, sin embargo, los abogados de Louis Roederer acusaron a Renegade de haber tratado de colocar su producto como si fuera la marca original, generando un daño potencial a la marca Cristal entre los bebedores. Esto conforme con la revista Decanter, la primera publicación en informar sobre este asunto. Por supuesto, al ser una carta de cese y desistimiento, se exige que se deje de usar el nombre Crystal o se arriesguen a una demanda por infracción de marca.
Aunque Warwick Smith tiene razón en que los productos son muy diferentes y que un conocedor no confundiría una botella de Cristal con su envoltorio de celofán anti UV y la etiqueta de oro, con una de Crystal, de color rojo como el refresco Lulú y una etiqueta con la fotografía de unos ojos, lo más probable es que tengan que cambiar de nombre porque se trata de marcas similares de la clase 33 de la Clasificación de Niza. Aunque, claro, de llegar a tribunales, todo puede pasar, como cuando la marca de ropa Katie Perry le ganó a Katy Perry en Australia.
Más información theguardian.com
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