Mensajes de abogada que en California pedía “matar a los manifestantes” están amparados por la libertad de expresión
La barra de abogados del estado de California, Estados Unidos, concluyó que los mensajes de una abogada en que pedía que mataran a los manifestantes del movimiento Black Lives Matters, pueden ser inapropiados en la profesión, pero están protegidos por la libertad de expresión.
A veces resulta difícil de entender esa amplia protección que hacen, incluso cuando se trata de discurso de odio, pero así lo concluyó el juez disciplinario de la barra que revisó la queja ética presentada en contra de la abogada Marla Anne Brown, que en mayo de 2020, en medio de las protestas por la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, escribió en su perfil de la red social antes conocida como Twitter, que se debía disparar a los manifestantes, o que la casa de un presentador de noticias de la cadena de televisión MSNBC debía ser quemada con él adentro.
El juez disciplinario de la barra, Dennis G. Saab, concluyó que los comentarios que escribió en esa ocasión, movida por la desesperación y miedo al verse en medio de las protestas, fueron “una expresión de una opinión provocativa, no una directiva”, y que solamente el mensaje “maten a los manifestantes” fue una directiva, pero con atenuantes como el que no fue dirigida hacia una persona en particular o que entre sus seguidores no había miembros del departamento de policía de Los Ángeles.
“El tribunal no está de acuerdo y considera que se aplican todas las protecciones de la Primera Enmienda, particularmente cuando, como en este caso, el discurso [de Brown] fue comunicado en su calidad de ciudadana privada, fue utilizado para expresar sus pensamientos, emociones o ideas personales, y no tenía ninguna relación con el ejercicio del derecho”, concluyó el 3 de octubre Dennis G. Saab.
“En vista de la totalidad de las circunstancias”, escribió Saab, “el tribunal considera que no hay pruebas claras y convincentes de que [Brown] pretendiera que sus palabras incitaran a una acción ilegal inminente. Más bien, la evidencia tiende a mostrar que el discurso [de Brown] fue una expresión imprudente y descuidada de sus pensamientos y emociones en respuesta a su experiencia percibida”.
El caso fue presentado por la oficina del litigante principal de la barra de abogados de California, Office of Chief Trial Counsel, considerando que esas manifestaciones de odio y violencia incumplían el Código de Ética de la asociación que agrupa a las y los abogados del estado.
Gracias a que lo que en México se podría calificar como discurso de odio está protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, la abogada Brown no fue sancionada, en línea con la decisión que en 2011 tomó lo Suprema Corte de ese país al señalar que aun los discursos hirientes sobre asuntos públicos aseguran que siga existiendo un debate público por lo que no se puede condenar la expresión de ideas.
Quizá por esa amplísima protección que no cuida las palabras, la sociedad de los Estados Unidos está tan polarizada, no solo apoyando candidatos a puestos públicos que no han mostrado pudor al incitar al odio o a la intolerancia, sino también faltando el respeto a la dignidad de los otros.
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