Inició proceso en tribunales de Nueva York en el que se enfrenta la libertad de expresión y la censura moral
En el Tribunal de Distrito Federal para el Distrito Oeste de Nueva York, Estados Unidos, inició este miércoles el proceso presentado por Stephen Kershnar, profesor de Filosofía, en contra de la Universidad del Estado de Nueva York, SUNY, en Fedonia, pidiendo la reinstalación en su puesto de trabajo, del que fue separado en 2022 por declaraciones que hizo en un pódcast.
El pódcast en cuestión se titula Brain in a Vat en el que cada invitado presenta un experimento mental y los presentadores pasan el resto del episodio preguntando al invitado al respecto. Es decir, se trata de un ejercicio mental.
En enero de 2022, el profesor Kershnar presentó este experimento mental: “Imagínese que un varón adulto quiere tener relaciones sexuales con una niña de 12 años. Imagínese que ella está dispuesta”. Al respecto dijo que “[u]na opinión muy común y muy extendida es que hay algo profundamente equivocado en esto. Y está mal, independientemente de que se criminalice. No es obvio para mí que eso, de hecho, esté mal. Creo que esto es un error. Y creo que explorar por qué es un error nos dirá no solo cosas sobre el sexo entre adultos y niños y la violación de menores, sino también sobre los principios fundamentales de la moralidad”.
Una vez que estas declaraciones se hicieron virales, se inició una petición en la universidad por alumnas que dijeron sentirse inseguras con el profesor y el presidente de la Universidad, Stephen H. Kolison Jr., calificó los comentarios del profesor de “absolutamente aborrecibles”, reasignando al profesor a funciones sin contacto con alumnos. Además, anunció una investigación y, al parecer, ordenó a la policía que registrara la oficina del profesor y confiscara su computadora. Además, el jefe de la policía universitaria recomendó que el profesor no se presentara en las instalaciones, hasta que se “enfriara” el asunto, una medida que sigue vigente.
El profesor Kershnar es conocido en el ambiente académico por poner sobre la mesa temas que nadie más se atreve a proponer para que, mediante el método mayéutico o socrático, se analice el asunto para sacar conclusiones sobre su moralidad o ética. Esto es lo que pretendió hacer en el episodio del pódcast, en un tema que ha estado analizando desde 2017.
En la demanda, que es auspiciada por organizaciones de protección a la libertad de expresión, el profesor declara que las autoridades universitarias han estado vetando a quienes irrumpen en las redes sociales, “permitiendo que reacciones públicas y políticas momentáneas dicten quién puede enseñar en una universidad pública”. Se señala también que el profesor nunca ha sido citado, acusado o arrestado por ninguna autoridad, aparte de infracciones de tránsito.
La universidad ha defendido su decisión en dos cuestiones. Primero, la seguridad del profesor y del campus por el posible enfrentamiento entre detractores del profesor y quienes lo apoyan, y, segundo, el descenso del monto de las donaciones como reacción de los exalumnos a la presencia del profesor en las aulas.
En la demanda se señala que los mensajes citados por la universidad no representaban amenazas reales que justificaran la exclusión del profesor del campus. Por su parte, los defensores de la libertad académica dicen que es preocupante que una vaga posibilidad de violencia pueda excluir a un profesor del campus indefinidamente.
El profesor Kershnar no es el único que ha sufrido consecuencias por manifestar alguna idea, y probablemente, no será el último. Como en un péndulo, la intolerancia la estamos llevando de unas ideas a otras.
Ya veremos qué se resuelve en el tribunal.
Más información nytimes.com
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