En la demanda de cuatro grandes editoriales en contra de la biblioteca digital Internet Archive, juez falla a favor de las corporaciones
El 24 de marzo, el juez John G. Koeltl del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, falló a favor de las cuatro grandes editoriales que demandaron a Internet Archive por la infracción de derechos de autor de 127 libros, durante la pandemia por COVID-19.
Internet Archive, IA, existe desde 1996, cuando se creó en Estados Unidos como una biblioteca digital con la misión de dar "acceso universal a todo el conocimiento”, proporcionando acceso público gratuito a colecciones de materiales digitalizados, incluidos sitios web, software, juegos, música, películas, videos, imágenes en movimiento y millones de libros.
Su labor es tan importante que en mayo de 2007, el estado de California lo reconoció oficialmente como una biblioteca, lo que la hizo elegible para solicitar varios programas de subvenciones federales administrados por el estado de California.
En marzo de 2020, ante la pandemia y la suspensión de clases, IA lanzó el servicio la National Emergency Library (NEL), ofreciendo préstamos ilimitados de más de un millón de libros para que las personas pudieran seguir aprendiendo mientras estaban en cuarentena.
El programa, sin embargo, no fue del agrado de Hachette Book Group, Inc., HarperCollins Publishers LLC, John Wiley & Sons, Inc. y Penguin Random House LLC, cuatro de las más grandes editoriales, que demandaron a IA a la que calificaron como “un agregador sin licencia y un sitio pirata".
“El acusado IA está involucrado en una violación intencional masiva de derechos de autor. Sin ninguna licencia o pago a los autores o editores, IA escanea libros impresos, carga estos libros escaneados ilegalmente a sus servidores y distribuye copias digitales literales de los libros en su totalidad a través de sitios web públicos. Con solo unos pocos clics, cualquier usuario conectado a Internet puede descargar del Demandado copias digitales completas de libros protegidos por derechos de autor”, se afirmó en la demanda.
Desde el principio, IA ha afirmado que su biblioteca es legítima y legal, ya que ofrece su contenido mediante el sistema de “Préstamos digitales controlados” (CDL, Controlled Digital Lending), destacando el hecho de que los libros escaneados ya habían sido pagados por las bibliotecas que los poseen (Doctrina de la Primera Venta) y que la naturaleza controlada de los préstamos significa que los propósitos clásicos del “uso justo” (preservación, el acceso y la investigación) se han cumplido.
Las editoriales, sin embargo, expusieron en la demanda que este sistema CDL es "una teoría inventada", sosteniendo que no hay nada en la ley de derechos de autor que permita a cualquier persona copiar y distribuir sistemáticamente archivos de libros digitales simplemente porque afirman poseer una copia física original.
En medio de la demanda, IA quiso presentar pruebas que demostraran que los préstamos tuvieron poco o ningún efecto en el rendimiento comercial de los libros prestados, en comparación con libros que no se prestaron, pidiendo a las editoriales, datos de venta de los libros parte de la queja y datos sobre uno o más trabajos comparables que no estuvieran disponibles para préstamos digitales al mismo tiempo. Las editoriales, sin embargo, se negaron a proporcionar esa información.
El viernes, el juez Koeltl falló a favor de las editoriales, concluyendo que la "defensa del uso justo de Internet Archive se basa en la noción de que la adquisición legal de un libro impreso con derechos de autor da derecho al destinatario a hacer una copia no autorizada y distribuirla en lugar del libro impreso, siempre que no preste simultáneamente el libro impreso", pero que “ningún caso o principio legal respalda esa noción. Todas las autoridades apuntan en la otra dirección".
La decisión será apelada por IA, cuyo fundador, Brewster Kahle, publicó en un blog lo siguiente:
“Las bibliotecas son más que departamentos de servicio al cliente para productos de bases de datos corporativas. Para que la democracia prospere a escala mundial, las bibliotecas deben poder mantener su papel histórico en la sociedad: poseer, conservar y prestar libros.
“Este fallo es un golpe para las bibliotecas, los lectores y los autores y planeamos apelarlo”.
IA, que además es una organización activista que aboga por una Internet abierta y gratuita, ha abierto la página web battleforlibraries.com para que las personas, autores incluidos, firmen y muestren su apoyo al proyecto.
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