Embrión

Juez en Virginia considera que embriones congelados son cosas muebles, interpretando ley usada cuando la esclavitud era legal

Trascendió la decisión preliminar a la que un juez en el estado de Virginia, Estados Unidos, llegó el mes pasado en la disputa entre una pareja divorciada respecto de dos embriones congelados, y en la que ha asimilado los embriones a bienes muebles.

La disputa que enfrentan a Honeyhline y Jason Heidemann, es semejante a la que durante años enfrentó a Sofía Vergara con su expareja Nick Loebe por el uso de embriones congelados que él quería implantar en otra mujer, y ella destruir. En este caso, la balanza se inclinó a favor de la actriz colombiana con fundamento en el contrato que firmaron.

Si bien, al parecer, ningún otro juez en los Estados Unidos ha fallado de la forma en que el juez Richard Gardiner del estado de Virginia planea hacerlo, con fundamento en una antigua ley sobre la división de bienes muebles y que fue usada cuando la esclavitud era legal, en el fondo, la disputa de los embriones congelados termina refiriéndose a “cosas” que pueden ser objeto de propiedad.

Se sabe que en el caso que enfrenta a los Heidemann, el juez originalmente se inclinó a favor del exesposo que quería de la destrucción de los embriones, señalando que los embriones no estaban en el comercio porque no podían venderse y, por tanto, no se podían clasificar como bienes muebles.

El abogado de la exesposa, Adam Kronfeld, le pidió que reconsiderara. Estudiando más a fondo la ley, encontró que antes de la Guerra Civil, se aplicaba respecto de las personas, esclavos, por supuesto, “cosas en el comercio” y, como tal, susceptibles de apropiación. Señalando además, que los embriones congelados sí pueden ser valuados y entrar al comercio porque no hay prohibición expresa para su venta, la ley de división de bienes muebles les es aplicable.

Este razonamiento ha generado mucho enojo por haber aplicado una ley en los términos en que se hacía durante la esclavitud, no tanto porque se trate a los embriones como bienes muebles. Interesante porque incluso la tendencia actual es no considerar como tales ni a los animales, a quienes se da la clasificación de bienes sintientes. Bienes, al final, pero diferentes a las meras cosas.

La línea de pensamiento del juez Gradiner, pese a ser encontrada moralmente reprobable, podría dar sustento a quienes están a favor del aborto, considerando que un embrión es un bien mueble. ¿O su clasificación cambia cuando ha sido implantado? Si es así, ¿por qué? Más allá, ¿cuándo deja de ser el embrión una cosa mueble y se convierte en una persona objeto de protección legal?

Es un tema controvertido moral y legalmente que, si vamos un poco más allá del tema del uso de la ley sobre la esclavitud, nos puede forzar a ver el tratamiento que estamos dando a los embriones congelados que, desde un punto de vista filosófico, son personas en potencia.

Como todo, se trata de cuestionarnos y no quedarnos en lo aparente ni en el pensamiento cómodo.

Más información theguardian.com

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Imagen de Elena Έλενα Kontogianni Κοντογιάννη en Pixabay

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