Edificios Neo Bankside y Blavatnik de la Tate Modern

Suprema Corte del Reino Unido concedió la razón a vecinos de la Tate Modern de que la vista a sus departamentos invade su privacidad

El caso presentado por habitantes de un edificio vecino a la galería de arte moderno Tate Modern en Londres, Inglaterra, fue resuelto en la Suprema Corte, ampliando las razones de molestias contempladas en la ley de privacidad, para incluir la vista.

El caso fue presentado por cinco propietarios de cuatro departamentos del edificio Neo Bankside, vecino del Tate Modern, el museo de arte moderno del Reino Unido que alberga arte británico desde 1900 y que se localiza en el distrito Bankside de Londres.

La razón fue la ampliación del edificio Blavatnik, que en 2016 abrió sus puertas al público. Además de nuevas salas para exhibiciones, espacios para presentaciones y educativos, oficinas, tiendas, restaurantes y estacionamiento, ofrece una plataforma de observación con una vista de 360º de Londres.

Desde la plataforma de observación, los visitantes al Tate Modern tienen vista al interior de cinco departamentos del Neo Bankside, un edificio de paredes de vidrio. Por esta vista a sus propiedades, que consideran una intrusión a su privacidad, los propietarios llevaron el caso a tribunales en 2017 para que el Tate Modern cierre parte de la plataforma de observación.

En febrero de 2019, el juez Anthony Mann del Tribunal Superior de Londres desechó la solicitud de los propietarios, explicando que sí, hay una intrusión a su privacidad, pero que ellos mismos se habían sometido a esta invasión debido a la gran extensión de paredes de vidrio en sus propiedades.

En febrero de 2020, la Corte de Apelaciones rechazó la demanda porque se consideró que la vista no entra en el agravio de molestias.

“La Corte ha desechado la apelación con fundamento en que la vista no cae dentro del agravio de molestia”, declaró sobre la decisión sir Terence Etherton, master of the Rolls, presidente de la Corte de Apelaciones para Inglaterra y Gales.

Pese a que se negó el derecho de apelar esta decisión, al final, al considerar que se trata de un asunto de interés público, la Suprema Corte decidió revisar el asunto, para beneplácito de los propietarios.

El asunto fue revisado por cinco de los diez magistrados que conforman la Corte actualmente, y la decisión fue tomada por la mayoría que concluyó que los propietarios de los apartamentos enfrentan una “intrusión visual constante” que interfiere con el “uso y disfrute ordinario” de sus propiedades.

Con la decisión, se extiende la ley de privacidad a molestias ocasionadas por la vista, pero el magistrado George Leggatt, Lord Leggatt, señaló que se trata de un caso específico, ya que la decisión de la galería Tate de abrir una plataforma de observación fue "un uso de suelo muy particular y excepcional", y no significa que los residentes puedan quejarse de molestias porque los vecinos pueden ver dentro de sus propiedades.

Cuando el asunto fue discutido en primera instancia, el juez Mann opinó que los propietarios podrían resolver la molestia colocando cortinas en sus ventanas. El magistrado Philip J. Sales, Lord Sales, retomó el tema de las cortinas, a lo que Lord Leggatt respondió que pedir a los residentes que coloquen cortinas, “impone erróneamente la responsabilidad de evitar las consecuencias de las molestias para la víctima”, y agregó que no le pedirían a alguien que use tapones para los oídos para bloquear el ruido excesivo.

Es importante señalar que este caso se resolvió sobre dos situaciones: si "tener vista a" constituye una molestia privada, y si la plataforma de observación es un uso razonable de la propiedad de la Tate Modern, dado que es una galería de arte.

Lo anterior significa que, pese a que se espera que se presenten varias demandas por molestias ocasionadas por la vista, en realidad la pinza para resolver favorablemente es cerrada, lo que no ha desanimado a los profesionistas para explorar los alcances de la decisión.

“Mirando hacia adelante, será interesante ver si este caso provoca que más propietarios presenten reclamos similares cuando sienten que están siendo observados. Sin embargo, la Corte Suprema ha dejado en claro que las circunstancias en las que se aplicará la nueva regla serán raras, pero destaca problemas relacionados con CCTV y el intercambio de imágenes de teléfonos con cámara en las redes sociales”, dijo al respecto el abogado James Souter, socio de Charles Russell Speechlys.

Pese a que la decisión no específica qué remedio se debe poner a la solución, si pago de daños a los propietarios o una orden para cerrar parte de la plataforma de observación, la abogada que representó los intereses de los propietarios, Natasha Rees, socia de Forsters LLP, declaró que sus clientes están "complacidos y aliviados" de que Lord Leggatt hubiera reconocido lo "opresiva" que había sido la plataforma de observación y que trabajarían con la Tate para "encontrar una solución práctica que proteja todos sus intereses”.

El caso regresó al Tribunal Superior para que se determine cuál es la solución a la invasión de privacidad.

Cabe señalar que, de momento, esta plataforma de observación está cerrada al público.

Más información guardian.com

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