Crucifijo en aula

 

Iniciativa que prohíbe a escuelas religiosas expulsar estudiantes por orientación sexual, es debatida en el Parlamento australiano

En Australia ha iniciado un intenso debate en relación con una propuesta de reforma de ley que prohíbe a las escuelas e instituciones religiosas de educación expulsar alumnas y alumnos por ser homosexuales o bisexuales.

Conforme con la legislación australiana, las instituciones religiosas de educación gozan de una serie de excepciones respecto de la ley que prohíbe la discriminación. La reforma pretende acotar estas excepciones, pero al hacerlo no evita completamente la discriminación y hace diferencia entre estudiantes homosexuales y transexuales.

En la Ley de Discriminación Sexual se dispone que no es ilegal que las instituciones religiosas de educación discriminen a una persona por su orientación sexual, identidad de género, estado marital o de relaciones o embarazo, siempre que la discriminación “sea de buena fe para evitar lesionar las susceptibilidades religiosas de los fieles de tal religión o credo.”

La reforma propuesta por el gobierno de coalición del primer ministro Scott Morrison propone, no reformar el artículo, sino añadir que “es ilegal que una persona discrimine a un estudiante por la orientación del estudiante al expulsar al estudiante por ese hecho.”

Esta reforma significa que las personas no pueden ser expulsadas de las escuelas religiosas por su orientación sexual (homosexualidad o bisexualidad), pero sí por su identidad sexual (transexualidad).

Además de lo anterior, el debate radica no tanto en la adición, sino en el hecho de que no se está reformando la disposición que permite discriminar “de buena fe”.

“Debemos tener en cuenta aquí que un estudiante puede ser expulsado fácilmente de una escuela sin ser expulsado. Si son acosados o intimidados o se les hace sentir incómodos o inseguros, por supuesto que se irán”, dijo en el Parlamento el liberal Dave Sharma, al hacer un llamado de atención sobre lo incompleto de la reforma.

Por ejemplo, los estudiantes LGBTQ+ pueden ser discriminados sin necesidad de ser expulsados al ser castigados, avergonzados, se les pueden negar oportunidades para asumir liderazgo y prohibir llevar a sus parejas del mismo sexo a bailes escolares o prohibirles expresarse en esos eventos.

La reforma que ahora se debate fue propuesta desde 2019, pero no avanzó porque se estaba preparando una iniciativa que prohíbe discriminar a las personas por sus creencias religiosas y se consideró que, en tanto esa iniciativa no estuviera lista, no era conveniente proceder con esta sobre los estudiantes. Sin embargo, un hecho ocurrido en una institución educativa de Brisbane propició su presentación en el Parlamento.

La escuela Citipointe Christian College, entregó a las familias un contrato en el que denunciaban la homosexualidad como pecaminosa y disponía que la escuela solo admitiría a estudiantes cuyo género “correspondiera con su sexo biológico”.

Pese a que este contrato generó malestar en la sociedad, no es ilegal conforme con la ley actual y no sería ilegal con la reforma, lo que puso en evidencia el alcance de las excepciones que gozan estas instituciones en materia de discriminación. La escuela, por la atención mediática que generó, retiró el contrato y ahora está siendo investigada por razones administrativas.

De momento el debate en el Parlamento sigue y se desconoce si la iniciativa será aprobada. El partido laboral anunció que presentaría reformas a la iniciativa, pero no se sabe cómo votará en caso de que sus propuestas no sean aceptadas.

Más información smh.com.au

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