Análisis señala que la mayoría de las sentencias impuestas en tribunales serbios por violación son la pena mínima
Se ha publicado una investigación de Balkan Investigative Reporting Network, BIRN, según la cual en Serbia la tendencia es imponer la sentencia mínima de cinco años en caso de violación y tratándose de otros delitos sexuales la sanción puede excluir incluso tiempo de prisión.
Antes de 2009 la legislación penal de Serbia establecía una sentencia mínima de dos años para el delito de violación; luego fue reformada para aumentarla a tres años y en 2017 se elevó a cinco años.
Con datos de 73 de los 91 tribunales que funcionan en Serbia, entre el inicio de 2016 y el final de 2020, solo 82 personas fueron sentenciadas por violación. Exactamente la mitad de esas condenas fue de cinco años o menos, incluida una que recibió una sentencia de prisión suspendida. Diecisiete fueron sentenciados a entre cinco y diez años, y 21 a entre diez y veinte años. Hay que tomar en cuenta que estos datos incluyen sentencias dictadas previo a la reforma de 2017.
Aunque para la mayoría de la población, y especialmente para las víctimas, estas cifras indican que la violación no es severamente castigada, la juez Marina Barbir, integrante de la Junta Directiva de la Asociación de Jueces de Serbia, tiene una lectura diferente: “Dado que su análisis cubrió el período de los cinco años anteriores, las estadísticas también incluyen condenas relacionadas con el período en que la pena mínima por el delito de violación fue de dos o tres años, lo que en conjunto indica que la política penal con respecto a los autores del delito de violación es bastante dura”.
Otro tipo penal que existe en Serbia es el de actividad sexual ilícita, un término que se refiere a cualquier tipo de violencia sexual diferente a la violación. Bajo este tipo penal han sido sentenciadas casi la mitad de las 608 personas procesadas en los últimos cinco años por delitos sexuales. Este tipo penal es castigado con penas de multa a prisión de hasta tres años. Conforme con el análisis de BIRN, 31.6 por ciento de esas condenas fueron de sentencias suspendidas.
Por lo que se refiere al acoso sexual, el tipo penal fue reconocido en Serbia por primera vez en 2017. Desde entonces, 136 personas han sido sentenciadas, el 46.3 por ciento con sentencias suspendidas, casi el 4 por ciento con multa y el 11 por ciento con arresto domiciliario. Treinta y uno por ciento fue sentenciado a hasta tres años de prisión y el seis por ciento a más de tres años.
El acoso sexual, sin embargo, es un delito que es muy poco denunciado porque las víctimas prefieren quedarse calladas a sufrir el proceso penal en el que frecuentemente son avergonzadas por los abogados de la defensa.
La investigación realizada adquiere importancia por las recientes denuncias de violación que se han presentado en contra de importantes académicos y personalidades. Una de ellas fue presentada en contra de Miroslav ‘Mika’ Aleksic, un reconocido profesor de teatro, acusado por doce exalumnas de violación. Aunque no se han presentado cargos formales y el actor niega las acusaciones, fue detenido en enero y sigue estando bajo custodia.
La otra acusación la hizo la actriz Danijela Stajnfeld quien dijo que en 2012 el actor y exministro de Cultura Branislav Lecic la violó. Lecic también niega las acusaciones.
En este caso, como suele suceder, la opinión cuestiona a las presuntas víctimas por no haber denunciado antes.
“Todo el mundo tiene el derecho de decidir cuándo y si denuncian, cuando están listas, cuando se sienten mentalmente capaces de sobrevivir [el delito] otra vez”, declaró a BIRN el abogado Denis Beciric, representante de las exalumnas de Aleksic.
A este respecto el juez Dragoslav Milanovic declaró que entre más tiempo ha pasado entre el delito y la denuncia, los jueces tienden a confiar más en las opiniones de los neuropsiquiatras y psicólogos. “Por medio de los expertos obtenemos información sobre la estructura de la personalidad de la víctimas”, dijo. “Con mayor frecuencia preguntamos a los expertos si la victima es propensa a la confabulación, propensa a no decir la verdad, propensa a un comportamiento manipulativo”, reconociendo, sin embargo, que un “muy bajo porcentaje” de las denuncias de violación son falsas.
Como lo hemos reiterado en varios artículos, la violencia sexual de género es un problema generalizado que necesita una atención integral. La violencia sexual ya no debe seguir siendo usada como un arma en contra de nadie, especialmente de niñas y mujeres, sus principales víctimas.
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