Con el reporte este miércoles de 320 nuevos casos de COVID-19 en 24 horas, uno de los peores brotes de la enfermedad desde que comenzó la epidemia, el gobierno de Corea del Sur ordenó ayer a los trabajadores de servicios de salud que regresen a trabajar.
Los profesionales de la medicina, estudiantes incluidos, iniciaron el 26 de agosto un paro de tres días en protesta por las propuestas del gobierno, que entre otras cosas, tienen como objetivo aumentar el número de profesionales de la medicina.
Este paro de tres días forzó a cinco de los más grandes hospitales del país a limitar las horas de atención a pacientes y a retrasar las cirugías que estaban previstas. Por los inconvenientes que se ocasionan, el ministro de Salud, Park Neung-hoo, dijo: “El gobierno no tiene opción más que tomar las acciones legales necesarias como ordenar a abrir los negocios para no poner en peligro las vidas y seguridad de los ciudadanos.” Pidiendo a practicantes de la medicina que regresen a trabajar, se les hizo saber que de no hacerlo, sin tener causa justificada, podrían enfrentarse a sanciones como la revocación de sus licencias o hasta a tres años de prisión o la imposición de multas de hasta 30 millones de wons, equivalentes a unos 25,000 dólares estadunidenses.
Los profesionales de salud están siendo representados por la Asociación Coreana Médica, KMA, que cuenta con unos 130,000 miembros, y por la Asociación Coreana de Residentes Internistas, KIRA, ambos por sus siglas en inglés.
El paro laboral sigue a días de protestas y manifestaciones de los profesionales de la medicina que se oponen a las reformas propuestas por el gobierno que incluyen aumentar el número de estudiantes de medicina. Resultado de las negociaciones, los profesionales de la medicina accedieron seguir atendiendo a los enfermos de COVID-19, particularmente en zonas rurales donde la infraestructura es deficiente, pero no lograron llegar a más acuerdos respecto de los planes de gobierno.
Estos planes se refieren a aumentar en 4,000 el número de estudiantes de medicina en 10 años abriendo escuelas públicas de medicina, además de permitir que el seguro médico del gobierno incluya más medicina oriental y promover la telemedicina.
El gobierno señala que estas medidas son necesarias para reforzar la atención a la salud pública porque durante esta pandemia se hizo patente la necesidad de médicos en las zonas rurales. Pero los residentes y profesionistas dicen que en lugar de invertir en estas propuestas, se debería de invertir el dinero en una mejor infraestructura en los hospitales y clínicas de zonas rurales y mejores salarios que pudieran incentivar a los médicos a trasladarse a estas regiones y no generar más competencia en una profesión que ya es muy competida.
A la declaración del ministro de Salud, el KMA declaró en comunicado que siguen abiertos a las negociaciones con el gobierno. “Sinceramente queremos regresar [a trabajar]”, se lee en el comunicado. “Les pedimos a ustedes, ciudadanos, que escuchen nuestras voces para que podamos atender a nuestros pacientes lo más pronto posible.”
Aunque comparado con otros países, Corea del Sur ha podido contener mejor el brote de la enfermedad, como en todos los países que padecen la epidemia, también se han puesto en evidencia muchas deficiencias de sus servicios de salud. Esta es la constante de todos los sistemas de salud. Esta semana reportamos el emplazamiento a huelga de profesionales de la salud en Kenia, pidiendo, también, mejores condiciones de trabajo.
Más información aljazeera.com
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