Haribo, la confitería alemana que desde 1922 vende gomitas con forma de oso, que han alcanzado gran notoriedad en los mercados europeos y de otras regiones, ahora va tras una pequeña empresa vasca que comercializa ositos de goma “borrachos”, por una presunta infracción de marca.
La empresa española, o start-up, se llama Ositos&Co y fue fundada el año pasado por tres jóvenes veinteañeros, Ander Méndez, Tamar Gigolashvili y Julen Justa, pensando en un producto que pudiera ser del agrado de los jóvenes. Así, crearon gomitas rellenas de alcohol, porque a decir de Ander Méndez, “es típico que los jóvenes mezclemos el alcohol y las chucherías”.
El problema es que la “chuchería” tiene forma de oso, una forma que Haribo tiene registrada desde 1967 y de la que es muy celosa. Tanto que incluso en el pasado fue en contra de la chocolatería Lindt por los osos de chocolate envueltos en papel dorado con un moño rojo, argumentando que usar un oso era una infracción de marca. Los tribunales alemanes fallaron en contra de la confitería.
Ositos&Co no es una empresa grande. Según cifras proporcionadas por sus fundadores, en su primer año de vida ha facturado entre 20,000 y 25,000 euros y ha vendido unas 6,000 gomitas de oso. Nada frente a la alemana que tiene más de 7,000 empleados y que al día fabrica unas 100 millones de gomitas.
Las diferencias en ventas, e incluso en productos, no han detenido a Haribo de presentar a Ositos&Co una advertencia legal en que les solicitan que destruyan el material, cierren su tienda online, se desistan de la marca Ositos&Co y transfirieran la propiedad de su dominio a Haribo. De no hacerlo, la carta señala, enfrentarán acciones legales.
Es la clásica historia del grande que se siente amenazado por el pequeño y que busca a toda costa proteger lo que considera es de su propiedad, haciendo sentir para ello todo el peso del dinero. Le pasó a una joven alemana que abrió una cafetería en Bonn y a la que Apple se opuso durante dos años al registro de su logo que es una manzana roja con una hoja del lado izquierdo y la silueta de un niño con un gorro. Y les pasó a los propietarios de un pub en Southampton, Inglaterra, llamado The Hobbit y que rendía tributo al trabajo de J.R.R. Tolkien. En este caso fue la empresa poseedora de los derechos de la obra de J.R.R. Tolkien, The Saul Zaentz Company, realizadora de las películas de El señor de los Anillos, la que durante años se opuso al funcionamiento del pub hasta que en agosto de 2019 logró su cometido, cuando el pequeño bar tuvo que cerrar sus puertas.
De momento, los fundadores de Ositos&Co no han sido demandados y están siendo asesorados legalmente por abogados expertos en materia de derechos de autor. Defender su marca y su producto les va a costar dinero, pero por lo pronto parece que la publicidad de la amenaza legal de Haribo les ha ayudado a hacer crecer su negocio con más visitas a su página web y más ventas.
Cabe señalar que, aparte de que se trata de figuras de oso de grenetina, como comercializan muchas otras confiterías, las de Ositos&Co tienen contenido alcohólico de manera que unas siete u ocho gomitas equivalen a un vaso de vino o cerveza, porque tienen un 15 por ciento de volumen de alcohol. Así, a diferencia de las gomitas Haribo, el consumo de las de Ositos&Co está limitado a mayores de edad.
Ya veremos en qué acaba este asunto y si la publicidad negativa hace que Haribo se desista de sus pretensiones, como lo logró en el caso de Apple en contra de la cafetería alemana.
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