El pasado 26 de diciembre, la Corte Popular del Distrito de Shunyi, China, sentenció a un hombre y a una mujer a ocho meses de prisión por haber puesto drogas en la bebida y escritorio de otra mujer, contendiente para obtener un empleo en el servicio público.
Los responsables han sido identificados por sus apellidos, ella Wang y él Xiao, y fueron encontrados culpables de haber engañado a otra persona para ingerir drogas. Además de los ocho meses de prisión, cada uno deberá pagar una multa de 10,000 yuanes, equivalentes a unos US$1,400.
Según se ha escrito en el Beijing News, Wang aplicó en diciembre de 2017 para obtener un cargo en el servicio público, ya muy cerca del límite de edad (35 años) para ingresar al servicio público. Tanto en el examen escrito como en la entrevista quedó en segundo lugar, detrás de una mujer identificada como Qin, quien trabajaba en una empresa agrícola.
Conociendo los resultados, Wang se presentó en la empresa agrícola para aplicar por un trabajo y durante la entrevista preguntó por Qin. Eventualmente le ofrecieron el trabajo, pero ella no lo aceptó y en su lugar fue contratado Xiao. Qin fue la encargada de mostrarle a Xiao las instalaciones y como parte del proceso de integración salieron juntos a cenar.
Al día siguiente la policía detuvo a Qin alertados del uso de estupefacientes por la mujer. En el análisis de sangre encontraron rastros de metanfetaminas, así como 0.05 gramos de metanfetaminas en el teclado de su computadora en su lugar de trabajo.
Qin negó haber usado drogas por lo que se inició una investigación. Colegas de Qin testificaron que ella no tenía problemas de uso de drogas y que de usarlas se deberían encontrar en el dormitorio de la empresa, lugar en el que ella vivía. La policía buscó en el lugar pero no encontró más evidencia.
Además, Qin testificó que estaba por presentar el examen físico para el cargo del servicio público al que había aplicado y que no sería sensato de su arte poner en riesgo ese trabajo por consumo de drogas. Además, dijo, Wang le había ofrecido un millón de yuanes para que no lo presentara.
Las sospechas en contra de Wang se fortalecieron cuando la policía recibió una llamada de la dependencia pública a la que Qin aspiraba entrar, diciendo que habían recibido información de que Qin estaba detenida por el uso de drogas y que, de ser así, la descalificarían del proceso.
Eventualmente las pistas llevaron a la policía a Wang quien durante el interrogatorio confesó haber pagado a Xiao 50,000 yuanes, US$ 7,200, para colocar la droga en la bebida de Qin durante la cena, así como para plantar en su escritorio la evidencia que la policía encontró.
El ingreso a un codiciado puesto del servicio público chino fue lo que llevó a Wang a urdir el plan para descalificar a su oponente. Ahora está tras las rejas y no obtuvo el cargo deseado y, en el futuro, obtener un empleo le será más difícil por los antecedentes penales que ahora tiene.
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