El pasado 22 de septiembre, el juez Vernon Broderick rechazó que la demanda por discriminación presentada por tres extrabajadoras de la empresa de cosméticos Avon fuera resuelta en un arbitraje privado. Se trata de una demanda en la que se reclama que la empresa que se ostenta como empoderadora de los derechos de las mujeres, en realidad es un “club de Toby” que discrimina a las mujeres embarazadas y a las madres recientes.
La demanda fue presentada en 2018 por Caroline Ruiz y Olivera Krstanoska, a quienes luego se unió Maxine Rivas, ante la Corte de Distrito de los Estados Unidos del Distrito Sur de Nueva York.
En la documentación legal, las demandantes señalaron que mientras Avon se enorgullece de su modelo “centrado en la mujer”, en realidad “la empresa ‘para mujeres’ es una empresa dirigida por hombres”, con “políticas laborales sobre maternidad y procedimientos para implementar esas políticas que vienen desde arriba”, donde hay “un equipo desproporcionadamente dominado por hombres”.
Caroline Ruiz acusa a Avon de discriminación por embarazo, pues dice que “días después de haber notificado de su embarazo” e informar a Recursos Humanos la decisión de su médico de que guardara reposo durante una semana por sangrado y con riesgo de aborto, fue “bombardeada con ‘asuntos de desempeño’ inventados” y le negaron su petición de trabajar a distancia 5 días lo que llevó al final al despido “efectivo inmediatamente por ‘deficiencias en el desempeño’”.
Por su parte, Olivera Krstanoska acusa haber quedado sujeta “a condiciones discriminadoras y hostiles de trabajo y a un medio de trabajo inseguro”, cuando fue forzada a trabajar con ciertos químicos en el laboratorio de investigación que tienen riesgo para las embarazadas, con probabilidad de “un impacto perjudicial en el desarrollo sano del feto”. Además, dice que la hicieron sentir marginada por tomar descansos para sacarse la leche y que Avon no le concedió un lugar privado y seguro para hacerlo ni un lugar para refrigerar la leche.
Avon había pedido que el caso se moviera a un proceso de arbitraje alegando un acuerdo que firmó con Caroline Ruiz cuando la contrató. Sin embargo, el juez Broderick negó la solicitud con fundamento en acuerdo firmado posteriormente que permite que los asuntos laborales se ventilen ante los tribunales.
En esta misma decisión, sin embargo, el juez decidió desechar las demandas de Maxine Rivas por razones de prescripción de la acción y porque no pudo demostrar haber sido empleada de Avon.
El caso está siendo examinado con fundamento en el Título VII de la Ley de Derechos Civiles que prohíbe la discriminación en contra de embarazadas y de madres recientes, y en las leyes de Derechos Humanos de la ciudad y del estado de Nueva York.
Palabras fuertes las que contiene esta demanda en contra de la empresa que asegura que proporciona a las mujeres la oportunidad de ser sus propias jefas y de dirigir su destino económico, y demás frases de mercadotecnia que venden esta visión “centrada en las mujeres”. Si el juez permite que esta demanda se convierta en acción colectiva, como ha sido solicitado, ya veremos qué tan ciertas son esas frases de Avon, no respecto de sus clientes -las mujeres que presuntamente empodera- sino de sus empleadas.
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