Sean Goldman es el niño que acaparó la atención de la prensa brasileña y estadounidense en estas últimas semanas y que llegó a ser tema en la reunión sostenida por los presidentes Obama y Lula en marzo pasado.
Se trata de un niño de 9 años cuya custodia había sido peleada fuertemente entre su padre biológico y su familia materna brasileña.
Sean nació en los Estados Unidos, hijo de padre estadounidense y de madre brasileña, quien en 2004 viajó a Brasil con el niño. Llegando a su país avisó a su esposo que quería el divorcio y que ni ella ni el niño regresarían a los Estados Unidos.
Como en trama de novela de Judith Krantz, la madre del niño murió y ahí comenzó la verdadera batalla legal por su custodia, ya que quien fue el nuevo esposo de su madre, abogado, asesoró a los abuelos maternos para solicitar que el niño se quedara con ellos en Brasil.
Un tribunal de primera instancia en Rio de Janeiro sentenció que la custodia pertenecía al padre biológico y que por tanto el niño debía regresar con él a los Estados Unidos. Esta sentencia fue apelada por los abuelos del menor argumentando que las abuelas en Brasil se hacen cargo de los niños cuando las mares fallecen, pero el Tribunal Superior de Justicia ratificó la sentencia y extendió un plazo para que el niño fuera entregado a su padre biológico, quien tras conocer el fallo viajó a Rio de Janeiro a recoger a su hijo.
La familia materna de Sean todavía intentó una nueva acción legal y logró que la Corte Suprema de Justicia suspendiera la sentencia y se resolviera si la opinión del niño debía ser escuchada ante la Corte. El abogado del padre luchó contra la suspensión de la sentencia y logró que se confirmara la decisión del tribunal de entregar la custodia del niño a su padre. Esto sucedió el pasado 21 de diciembre.
De acuerdo con fuentes estadounidenses, funcionarios diplomáticos de los Estados Unidos pretendieron hacer la entrega del niño a su padre en privado, a lo que no accedió su familia brasileña y la mañana del 24 de diciembre el niño fue entregado en medio de reporteros y fotógrafos a su padre en el consulado. Padre e hijo, fuertemente custodiados fueron trasladados al aeropuerto internacional para emprender el viaje de regreso a los Estados Unidos donde están festejando la Navidad.
Este caso ha tenido gran resonancia diplomática puesto que no solo fue ventilado por los mandatarios de ambas naciones en su reunión de marzo pasado, sino que el caso ha sido denunciado por los Estados Unidos bajo la Convención de Secuestro de La Haya el cual es un documento que establece los mecanismos para el tratamiento de casos de secuestro entre los países firmantes.
Un caso similar de custodia internacional es el que enfrenta un padre estadounidense en los tribunales japoneses.
Fuente The New York Times
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