La tarde del pasado martes 10 de septiembre, el Senado del estado de California, Estados Unidos, aprobó la iniciativa de la Asamblea en la que se limita el número de patrones que pueden ser considerados como contratistas independientes, lo que significa que quienes prestan sus servicios deben ser considerados empleados y no autónomos. Es un intento de regular la llamada economía gig.
La iniciativa, identificada como Assembly Bill 5 29-11, AB 5, fue reenviada a la Asamblea para que esta misma semana, antes del fin del periodo legislativo, vuelva a ser aprobada para pasar al escritorio del gobernador Gavin Newsome, quien ya anunció que apoya esta iniciativa.
Conforme con esta economía gig, países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia y países europeos como España, excluyen de beneficios laborales a una gran cantidad de personas a las que consideran “autónomos” y no empleados. En este rubro entran los choferes de aplicaciones como Uber y Lyft o los repartidores de comida como Uber Eats y Deliveroo e incluso trabajadores de la National Gallery de Londres. Decisiones judiciales tomadas en el Reino Unido consideran a estos trabajadores como tales, concediéndoles los beneficios de antigüedad, vacaciones, etc.
La iniciativa que fue aprobada en California fue cabildeada por numerosas ramas de la economía que pretendían salir de su ámbito de aplicación, como conductores de camiones, terapistas físicos, etc. En un acuerdo de última hora se logró excluir por un plazo de un año a los repartidores de periódicos. La ley, sin embargo, incluye a los choferes de Uber, Lyft y demás aplicaciones de este tipo.
Si la iniciativa se convierte en ley, estaría acatando un fallo de la Suprema Corte de los Estados Unidos de 2018 que expandió significativamente el número de trabajadores que deben ser considerados empleados y no “autónomos”.
Durante la discusión de la iniciativa, la senadora María Elena Durazo dijo: “Hoy establecemos el futuro de la economía de California” y agregó: “Podemos elegir ser cómplices en la explotación de arduos trabajadores californianos o si elegimos reconstruir a la clase media trabajadora, proteger a los contribuyentes y ayudar a las empresas responsables a prosperar en el estado”.
Para la oposición el punto de vista es diferente: “La legislatura no debe estar en el negocio de elegir favoritos que es exactamente lo que esta legislatura hace”, dijo la senadora Shannon Grove. “Una prueba de empleo unitalla que quede a todos no debería y no puede ser aplicada a estos californianos que dependen de su ingreso de un contrato independiente de trabajo”.
La gran mayoría de los trabajadores apoya la propuesta de la iniciativa, pero hay otros que dicen que el ser independientes les permite acomodar sus agendas y horarios a conveniencia. Sin embargo, esta presunta independencia no es total, ya que los trabajadores deben estar siempre a disposición del patrón para que les fijen horarios de trabajo, como sucede en los llamados contratos cero horas o de trabajadores casuales.
La iniciativa es una mala noticia para Uber que siempre ha defendido ser sólo una aplicación y, por tanto, no responsabilizarse por los choferes, ni en cuanto a sus derechos laborales, ni en cuanto a los actos de algunos que han sido hechos delictivos.
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