Este miércoles la Corte de Apelaciones del 9º Circuito de los Estados Unidos revirtió una sentencia de primera instancia y con ello legitimó dos ordenanzas de una ciudad del estado de Washington que imponen un código de vestimenta a “baristas”.
La decisión radica en torno de la controversia entre la ciudad de Everett, al norte de Seattle en el estado de Washington, y la cadena de cafeterías Hillbilly Hotties cuyo distintivo es que las “baristas” sirven el café en bikini.
(He entrecomillado la palabra barista porque no todo el que sirve café es barista. Tener ese título implica una certificación y un bagaje de conocimientos que van desde conocer el tipo del grano de café, su calidad, proceso, tostado, calibración y elaboración de café en diferentes métodos. No sé si las empleadas de Hillbilly Hotties tienen esa certificación, pero ante la duda, mejor la aclaración).
Hillbilly Hotties inició operaciones desde 2009, pero frente a una serie de quejas la ciudad de Everett decidió emitir dos ordenanzas en 2017 en las que imponen un código mínimo de vestimenta dirigido a quienes trabajan en puestos de café, cafeterías, pastelerías, food trucks y restaurantes de comida rápida. Estas ordenanzas fueros recurridas por la empresa y por varias de sus empleadas.
En primera instancia el juez falló a favor de la empresa bajo el argumento de que las ordenanzas violentaban el derecho a la libre expresión de las trabajadoras, quienes, aseguran, sirven el café en bikini como una forma de empoderar a las mujeres al hacerlas sentir seguras de sus cuerpos. Además, coincidió con el argumento de los recurrentes que señalaron que el lenguaje de las ordenanzas era vago y ambiguo y se prestaba a confusiones.
Sin embargo, este miércoles, de forma unánime el panel de la Corte de Apelaciones del 9º Circuito, con domicilio en San Francisco, revirtió esa decisión.
“Todo lo que un oficial debe determinar es si la parte superior del cuerpo (específicamente, senos/ pectorales, el estómago, la espalda debajo de los omóplatos) y la parte inferior del cuerpo (las nalgas, las tres pulgadas superiores de las piernas debajo de las nalgas, el área púbica y los genitales) están cubiertos”, se lee en la sentencia redactada por la magistrada Morgan Christen.
"Una persona de inteligencia ordinaria que lea la ordenanza en su totalidad estará adecuadamente informada sobre qué áreas corporales no se pueden exponer o exhibir", concluyó la magistrada con el voto concurrente de las magistradas Sandra S. Ikuta y Jennifer Choe-Groves.
El panel de jueces observó que a veces las empleadas no sirven el café con un bikini corriente, sino que muchas han optado por usar pasties, que son ornamentos que sólo cubren los pezones, y tangas de hilo dental. Las magistradas señalaron que, si en realidad el mensaje que ellas quieren enviar es el empoderamiento de las mujeres, bajo estas circunstancias se pierde y no llega a los consumidores.
Hillbilly Hotties no es la primera empresa a la que se le ocurre vender café en bikini. Se cita otro caso en que una ciudad en California negó la licencia a una cadena de cafés llamada Bottoms Up Espresso, en que las trabajadoras no pueden usar tangas ni pasties, pero deben usar dos veces por semana bikini y los demás días ropa ligera. Es probable que este caso también vaya en camino a los tribunales.
¿Será este un caso de mercadotecnia tradicional basada en el sexo disfrazada con el discurso del empoderamiento femenino?
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