Estetoscopio

 

La iniciativa de ley presentada para Inglaterra respecto de la donación de órganos parece que va a convertirse en realidad al haber pasado el proceso legislativo ante el Parlamento. Se trata de una ley que se conocerá como Ley de Max y Kiera debido a los niños que la inspiraron.

Esta ley incentivará a las personas a registrarse como donantes de órganos o, en caso contrario, a registrarse como no donadores. Difiere del sistema aprobado en otros países como Chile y Venezuela de donación universal según el cual se parte de que todos los mayores de edad son donadores de órganos, salvo que se exprese lo contrario. Actualmente en Inglaterra prevalece el sistema de que para donar órganos se debe expresar el deseo de hacerlo.

Se prevé que una vez que la ley de Max y Kiera inicie vigencia el próximo año podría salvar la vida de unas 700 personas en espera de trasplante de algún órgano. Es un esquema que ya funciona en Gales, también en el Reino Unido, en donde la tasa de consentimiento de donación aumentó a 75 por ciento tras la aprobación del esquema.

La ley fue inspirada por dos niños, Max, quien a los nueve años recibió el corazón de Kiera, también de nueve años, quien falleció después de un accidente de tráfico. Cuando al padre de Kiera se le aproximaron para pedir los órganos de la niña dijo que era un tema que no habían discutido en familia, pero que creía que su hija estaría de acuerdo con ello. Así, su corazón salvó hace dos años la vida de Max quien padecía insuficiencia cardíaca.

Esta iniciativa de ley fue presentada por el parlamentario Geoffrey Robinson como una iniciativa de un miembro del Parlamento que no es ministro y que se conoce como Private Member’s Bill. Ante la Cámara de los Lores fue impulsada por Lord Hunt quien dijo: “Estoy convencido de que como resultado muchos más órganos serán donados y se salvarán vidas en consecuencia”.

Según cifras presentadas por la BBC en todo el Reino Unido hay una lista actual de unas 6,000 personas y el año pasado fallecieron unas 400 esperando un órgano apropiado para ellas.

La ley de Max y Kiera prevé la posibilidad de que los familiares eviten la donación de órganos por lo que se pide a las familias que discutan el tema.

“Si este asunto se toca en las escuelas desde una edad temprana, los niños felizmente hablarían de ello con sus amigos y familia, sería una conversación de todos los días”, declaró a los medios Loanna Ball, madre de Kiera, quien ayudó a impulsar la ley junto con los padres de Max.

Por su parte, Max dijo: “Quiero que todos hablen entre ellos -si un miembro de tu familia se muere, ¿dejarías que sus órganos vayan a la basura y se descompongan o que salvaran las vidas de unas cuantas personas?”, una pregunta que todos debemos hacernos más temprano que tarde.

Más información bbc.com

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