Seis años después de haber empezado a ser discutida y 34 meses después de haber sido presentada al poder legislativo, el congreso de Irlanda, Oireachtas, aprobó esta semana la iniciativa de ley de salud pública en materia de alcohol.
La iniciativa fue aprobada la semana pasada por el Dáil, cámara baja, y el miércoles fue aprobada entre aplausos por el Seanad, cámara alta y contiene, entre otras previsiones, el establecimiento de un precio mínimo para las bebidas alcohólicas.
Al respecto, Simon Harris, ministro de Salud irlandés, declaró que planea la ejecución de la ley lo más pronto posible porque se trata de “tomar medidas respecto de los dañinos efectos del consumo de alcohol y de mejorar la salud y el bienestar de todos nosotros”.
De esta forma, el ministro declaró que “Irlanda tiene una relación insana con el alcohol que daña la salud y lastima a muchas familias”, de tal forma que la ley tiene el objetivo de “abordar eso y salvar miles de vidas”.
Se trata de una iniciativa de ley que por su contenido fue cabildeada y fuertemente debatida durante tres años. Una vez aprobada dispone el establecimiento de un precio mínimo por debajo del cual no se puede vender ninguna bebida alcohólica; el etiquetado con advertencias de riesgos a la salud, cáncer incluido; etiquetado con detalles de los ingredientes y calorías; la reducción de la visibilidad a los consumidores de bebidas alcohólicas en supermercados y tiendas; la prohibición de anuncios de bebidas alcohólicas antes de las nueve de la noche, entre otras.
En la iniciativa se establecen plazos de implementación de las disposiciones. Así, ha empezado a contar el año para que no se puedan vender estos productos en un radio de 200 metros de escuelas y parques, así como para que no se emitan anuncios en cines ni en la venta de ropa infantil.
Se otorga un plazo de dos años para separar a las bebidas alcohólicas del resto de los productos y reducir su visibilidad a los consumidores en tiendas y supermercados y para obtener los permisos para los sitios que pueden hacer publicidad de estos productos.
Lo relativo a la prohibición de publicitar bebidas alcohólicas durante ciertos eventos y la restricción a ciertos patrocinios es de tres años, así como una de las disposiciones más debatidas que es declarar en las etiquetas el riesgo de cáncer y de otros riesgos a la salud por el consumo de bebidas alcohólicas. En este último caso los tres años empiezan a correr desde el momento en que Irlanda haga la notificación respectiva a la Comisión Europea lo que el ministro Harris ha prometido se hará a la brevedad posible.
Originalmente el gobierno pretendía coordinarse con el de Irlanda del Norte para imponer un precio mínimo a las bebidas alcohólicas, pero ante falta de acuerdo, Irlanda decidió proceder con la ley. Así, este precio mínimo será anunciado una vez que el gabinete lo decida.
Por el alto consumo y la consecuente derrama de ingresos para la industria de bebidas alcohólicas, esta ley tuvo una gran oposición. Sin embargo, Irlanda ha abordado un tema que es por todos conocidos, pero resuelto con decisión por muy pocos gobiernos pese a su gran relevancia respecto de la salud pública. Así, en México se han tomado ciertas decisiones que han sido débiles y dubitativas y no han podido mantenerse frente a los intereses de la industria.
Por ejemplo, en 2011 el DIF nacional, autoridades del Distrito Federal, federales y estatales, la asociación Convivencia Sin Violencia y las cámaras empresariales de la Ciudad de México, firmaron el Pacto Nacional para la Cero Tolerancia en la Venta y Facilitación de Alcohol, con la promesa de crear un comité para vigilar y supervisar el cumplimiento de los objetivos planteados. Sus resultados, si alguna vez tuvo vigencia el pacto, pasaron desapercibidos.
En 2012 la Secretaría de Salud anunció una iniciativa para elevar la edad mínima para adquirir bebidas alcohólicas a 21, pero la misma no prosperó, como tampoco lo hizo esta misma propuesta presentada por el Partido Verde en 2017.
En 2013 se aprobó una reforma a la Ley General de Salud para tipificar como delito suministrar o vender bebidas alcohólicas a menores de edad. Sin embargo, vino, cerveza, tequila y demás bebidas se sigue vendiendo a adolescentes y sus fiestas siguen siendo amenizadas con una gran variedad de bebidas alcohólicas que incluyen dulces cocteles de colores adornados con paragüitas de papel.
En México también tenemos una relación poco sana con el alcohol y también es un producto que cobra muchas vidas al año y sigue lastimando a cientos de miles (si no millones) de familias, pero es el elefante blanco dentro de la habitación que nadie quiere ver.
Más información irishtimes.com
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