El camino para la aprobación del Tratado de Lisboa en la Unión Europea, encuentra un nuevo tropiezo.

Se trata ahora del recurso que 17 senadores checos interpusieron el martes pasado ante la Suprema Corte de Justicia de su país, impugnando el documento de los que se pretende será la nueva Constitución y que reformará el gobierno de la Unión y que entre otras establecerá la figura de un Alto Comisionado, con funciones de presidente.

Los 17 senadores checos, que apoyan a su presidente y que forman parte de los euroescépticos, dicen que el Tratado pretende la creación de una federación con lo cual desaparece en mayor medida la soberanía de cada uno de los países que conforman la Unión.

No es la primera vez que el documento es recurrido en la República Checa ya que previamente se interpuso recurso en su contra en la Corte, pero sobre algunas partes del documento. En esa oportunidad la Corte resolvió que el documento no se opone ni contraviene ninguna disposición constitucional checa. Ahora se interpone el recurso en contra de todo el documento por lo que los expertos sostienen que es solo una manera de ganar tiempo puesto que probablemente la Corte resolverá en el mismo sentido anterior.

Pero este tiempo extra que se gana retrasa los planes europeos de iniciar con la nueva Constitución el 1° de enero del próximo año ya que se estima que el recurso judicial checo podría durar entre tres y seis meses, tiempo que inicia con el plazo de una semana de la Corte para admitir el recurso, seguido de un mes para recibir alegatos de ambas partes, los que recurren el Tratado y el Parlamento que como institución ratificó el documento el pasado mes de mayo.

Pese a la ratificación del Tratado, el presidente checo Vaclav Klaus no ha ratificado el Tratado y ha declarado en varias oportunidades que será el último en hacerlo.

Se cree que los euroescépticos checos esperan hacer tiempo para que si en las elecciones del próximo año llegan los conservadores al poder en Gran Bretaña, puedan también impugnar el Tratado. Esto solo lo pueden hacer si éste no está vigente.

Al Tratado de Lisboa le falta la resolución de Irlanda quien debido a su normativa interior debe someter cualquier reforma a los postulados de la Unión a referéndum que se verificará a principios de octubre. Se cree que será aprobado por un 55% de la población.

El presidente polaco tampoco ha firmado el Tratado de Lisboa, pero se comprometió a hacerlo una vez que sea aprobado en Irlanda.

Este Tratado no podrá entrar en vigor si no es aprobado por todos y cada uno de los países que conforman la Unión Europea.

Fuente El País

 

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