En el Centro Juvenil Correccional de Beaumont, en el estado de Virginia, Estados Unidos, se puso en marcha un programa de lectura que ha probado ser un éxito entre los jóvenes internos.
El programa ha sido impulsado por el experto en león Tolstoi, el profesor Andy Kaufman, y la Universidad de Virginia y se trata de acercar los grandes de la literatura rusa, como Chejov, Dostoievski y el mismo Tolstoi, a estas jóvenes mentes.
Ha sido tal el suceso del curso que los guardias de la prisión ofrecen a los internos libros como recompensa por su buen comportamiento. Lo interesante de este curso es que acuden tanto el profesor como estudiantes de la Universidad, no a escuchar una disertación sobre el autor y su obra, sino a discutir la obra y la vida de su autor desde sus experiencias.
¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde voy? ¿Cómo quiero vivir mi vida? Son algunas de las preguntas que los reos se han formulado a partir de los clásicos de la literatura rusa y a partir de las que han empezado a reconsiderar sus planes y lo que quieren hacer con sus vidas.
Dado el éxito de este curso se está planteando llevarlo a otras Universidades y a otras correccionales del estado de Virginia, pues se pretende que más internos salgan de la prisión sintiéndose seres humanos, como ha descrito su experiencia un interno.
Enseñar literatura rusa puede no ser la respuesta contra la delincuencia juvenil y la reincidencia, que es casi de un tercio, pero ha probado ser una herramienta efectiva para motivar a estos jóvenes hombres a reflexionar sobre sus errores, sobre lo que han hecho con su vida y replantearse lo que quieren hacer de ella. O en palabras de otro interno de 18 años, preguntarse, quizá por primera vez, cómo quieren ser recordados y actuar en consecuencia.
Si pudiéramos llegar antes con Tolstoi y Dostoievski a los jóvenes…
Más información Washington Post
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