Juez en Nueva York aceptó demanda de Dmitry Rybolovlev en contra de Sotheby’s en relación con caso de estafa en adquisición de cuatro obras
El caso presentado por el multimillonario ruso Dmitry Rybolovlev, propietario del Club de Fútbol Mónaco, como víctima de estafa en la compra de arte, sigue en tribunales, tras ocho años de litigios. Ahora enfrenta al millonario con la casa de subastas Sotheby’s respecto de la adquisición de cuatro obras de arte, una de ellas Salvator Mundi de Leonardo.
La controversia empezó por la acusación de Rybolovlev en contra del transportista y comerciante de arte Yves Bouvier, de haberle cobrado altísimas comisiones en la compra de una colección de obras de arte que le costó 2 mil millones de dólares, habiendo sido la mitad de este precio el supuesto monto de la comisión.
El 1º de marzo, el juez del distrito sur de Nueva York, Jesse Furman, aceptó que procede revisar en juicio la acusación que Rybolovlev hizo a Sotheby’s de haber ayudado a Bouvier a defraudarlo en la adquisición de cuatro obras, desechando la mayoría de las acusaciones respecto de otras obras de arte.
Las obras en cuestión son Salvator Mundi de Leonardo da Vinci; Le Domained’Arnheim (1962) de René Magritte; Wasserschlangen II (1907) de Gustav Klimt; y Tête (1911-12) de Amedeo Modigliani.
Respecto de estas obras, el juez Furman señaló que hay elementos que personal de Sotheby’s participó de las actividades de Bouvier en las ventas a Rybolovlev, en ocasiones duplicando el precio de las obras para obtener elevados márgenes de ganancias. Uno de estos empleados es Samuel Valette, director sénior y vicepresidente de ventas privadas de Sotheby's en todo el mundo para el departamento de arte impresionista y moderno.
Para entender el asunto que será discutido, Bouvier ha aceptado que decía a Rybolovlev que tenía determinada obra y que estaba en negociaciones con otra persona para su adquisición, sin que esa negociación fuera cierta. Así adquiría de Sotheby’s las obras a determinado precio que lo aumentaba, a veces más del doble del valor de la pieza, para venderla al ruso.
Por ejemplo, en el caso de Tête de Modigliani, “dos años después de que Sotheby's estimara el valor justo de mercado de la escultura en 8 millones de euros, y un mes después de que el vendedor la consignara a Sotheby's por 55 millones de euros, Valette envió a Bouvier un correo electrónico formal, estimando el valor de 70 a 90 millones de euros. Menos de doce horas después, Valette envió a Bouvier un correo electrónico casi idéntico, esta vez valorando la escultura entre 80 y 100 millones de euros. A partir de esta evidencia, un jurado ciertamente podría inferir que... Valette elevó su estimación a pedido de Bouvier. Dicho de otra manera, Valette proporcionó a Bouvier materiales que inflaron el precio de la escultura, evidencia circunstancial del conocimiento de Valette del esquema de Bouvier”, se lee en la decisión judicial.
Según la documentación, en sus estimaciones para el seguro, después de las ventas, Valette elevó regularmente el proyecto de valoración presentado a Bouvier, pero omitió cualquier registro de sus compras en la procedencia u origen de las obras, es decir, se omitía decir que Sotheby’s había participado antes en una subasta. Esto sucedió con Tête de Modigliani, que cuando fue readquirida por Bouvier en 2014 y puesta a subasta en Sotheby's, Velette "omitió intencionadamente la mención" de la empresa en la procedencia que figura en el catálogo, haciendo una "contribución sustancial a los fraudes de Bouvier", según escribió el juez Furman. “Tal vez sea mejor cubrir un poco las huellas y designarlas como: Propiedad de una colección privada europea”, escribió Valette en un correo electrónico a un empleado.
Si bien el juez Furman aceptó que se iniciara proceso judicial por las transacciones de las cuatro obras señaladas, también aconsejó a las partes que llegaran a un acuerdo, “sin necesidad de un juicio que sería costoso, arriesgado y potencialmente vergonzoso para ambas partes”.
Inicialmente, Rybolovlev y Sotheby’s anunciaron, a través de sus abogados, que estaban dispuestos a ir a juicio, pero en un comunicado, la casa de subastas declaró que ambos "han aceptado la recomendación del tribunal de entablar conversaciones para llegar a un acuerdo y han accedido a proceder por mediación con un juez de primera instancia". Si el caso no se resuelve en la mediación, se procederá a juicio.
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