La editorial de las novelas del escritor británico Roald Dahl cambió el lenguaje original, para que sea “más inclusivo” (¿redituable?)
La noticia que está siendo comentada por escritores e incluso políticos en el Reino Unido, es la modificación editorial que se está haciendo a las novelas escritas por Roal Dahl, en lo que se está cambiando el lenguaje por uno políticamente correcto para esta época.
Roald Dahl fue un piloto de guerra británico nacido en Gales, que se convirtió en un exitoso escritor de historias dirigidas al público infantil y juvenil, con gran renombre en el Reino Unido y países de habla inglesa. Sus historias trascendieron cuando se llevaron al cine, como Matilda y Charlie y la fábrica de chocolates, con sus obras traducidas a más de 65 lenguas. Se calcula que sus libros han vendido en todo el mundo más de 250 millones de copias.
A su muerte, el 23 de noviembre de 1990, a los 74 años, los derechos de sus obras, que no nada más incluyen las novelas infantiles, sino ensayos, cuentos cortos, guiones para cine y televisión, quedaron a resguardo de The Roald Dahl Story Company, propiedad de su sucesión, que en 2021 firmó un acuerdo con Netflix en el que cedió todos estos derechos, incluyendo la publicación.
¿Qué ha pasado con las obras? Que en las nuevas ediciones se han cambiado palabras como “gordo” por “enorme”, se eliminaron otras como “loco” y “fea”, e incluso se alteraron descripciones como “blanca como una sábana” por “quieta como una estatua”.
Según los informes, la empresa, Roald Dahl Story Company, ha estado trabajando con las editoriales Puffin e Inclusive Minds, un colectivo que trabaja por la inclusión y la accesibilidad en la literatura infantil. Así, un vocero de la empresa, que ahora es una división de Netflix, dijo que querían "asegurarse de que todos los niños sigan disfrutando de las maravillosas historias y personajes de Roald Dahl".
"Al publicar nuevas tiradas de libros escritos hace años, no es inusual revisar el lenguaje utilizado junto con la actualización de otros detalles, como la portada y el diseño de la página del libro", dijo.
Agregó: "Nuestro principio rector en todo momento ha sido mantener las historias, los personajes y la irreverencia y el espíritu afilado del texto original".
Los cambios, sin embargo, han sido criticados por escritores e incluso por la oficina del primer ministro Rishi Sunak.
Independientemente de la idoneidad o eticidad en estos cambios, ¿legalmente es posible? ¿No están sus obras protegidas por derechos de autor que incluyen los derechos morales?
El tema cobra actualidad, pues esta misma semana publiqué el análisis que hizo la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el alcance de los derechos morales, respecto de un caso que involucra una empresa de autos y a Ricardo Arjona.
Los derechos que un autor tiene sobre su obra son de dos tipos: los derechos morales y los derechos patrimoniales, reconocidos por el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, firmado en 1886. El Reino Unido y México son países parte de este Convenio.
En relación con los derechos morales, los autores tienen las siguientes prerrogativas:
- Determinar si su obra ha de ser divulgada y en qué forma, o la de mantenerla inédita.
- Obtener reconocimiento de su calidad de autor respecto de la obra por él creada.
- Disponer que la divulgación de su obra se efectúe como obra anónima o seudónima.
- Exigir respeto a la integridad de la obra.
- Modificar su obra.
- Retirar su obra del comercio.
México, en la Ley Federal del Derecho de Autor, reconoce todas estas prerrogativas, de tal forma que en nuestro país, la modificación de la obra, sea suprimiendo partes o alterando la redacción original, no es posible, puesto que es un derecho que no trasciende a los herederos y que solamente corresponde al autor, conforme con la decisión de la Primera Sala.
En el Reino Unido, según la página oficial del gobierno, se reconoce y protege el derecho contra un “trato despectivo”, que se define “como cualquier adición, supresión, alteración o adaptación de una obra que equivalga a una distorsión o mutilación de la obra, o sea perjudicial para el honor o la reputación del autor.
Pese a que los cambios que se están haciendo a la obra de Dahl, no son perjudiciales para el honor del autor, al contrario, su obra está siendo alterada en su redacción original. ¿Es legal? Solamente un especialista en derecho de autor británico podría explicarnos el alcance que esta prerrogativa tiene y si la editorial no está vulnerando este derecho.
Es un tema interesante, porque los escritores que se han manifestado en contra de estas modificaciones, como Salman Rushdie o Philip Pullman, deben estar observando que las supuestas garantías que tienen de la inmutabilidad de su obra sin su autorización, se están diluyendo para encajar las obras (y las ventas) en un mundo que se vuelve cada vez más intolerante.
Al final, como declara el escritor israelí Etgar Keret, si no te gusta lo que estás leyendo, cierra el libro.
Más información bbc.com / gov.uk
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