Fans que se quedaron sin boleto en Estados Unidos para ver a Taylor Swift, demandaron a Ticketmaster en materia de competencia económica
Ticketmaster vuelve a estar en problemas en los Estados Unidos, con una nueva acción colectiva iniciada ahora por los fans de Taylor Swift, que no pudieron comprar boletos para la gira 2023 Eras US, pese a haber esperado durante horas la apertura del sistema para la compra.
El 15 de noviembre, Ticketmaster puso a la venta las entradas a través de su programa Verified Fan, que, supuestamente, está diseñado para erradicar los bots, al exigir que los posibles compradores de entradas se registren con anticipación para clasificar sus ciudades y fechas preferidas.
Según información de la empresa, más de 3,5 millones de personas se registraron en el programa y ese día vendieron más de 2 millones de entradas, respondiendo a más de 3,500 millones de solicitudes del sistema, cuatro veces el máximo anteriormente registrado. La compañía admitió que el sitio estaba saturado por un "número asombroso" de bots y fanáticos que no tenían códigos de invitación, excusándose por una "demanda históricamente sin precedentes".
La venta pública tuvo que ser cancelada, “debido a las extraordinariamente altas demandas de los sistemas de emisión de boletos y al inventario de boletos restante insuficiente para satisfacer esa demanda”, declaró la empresa.
Sin embargo, pocas horas después inició la reventa en otros sitios, con precios de los boletos de hasta 22,000 dólares. (Sí, hay quien paga esa obscena cantidad por dos horas de concierto).
La acción colectiva que se presentó en los tribunales de Los Ángeles, California, acusa a Ticketmaster, empresa de Live Nation, de fraude, fijación de precios e infracciones a la legislación antitrust o de competencia económica, con el alegato de que el “engaño intencional” permitió a los revendedores comprar la mayoría de los boletos.
En la demanda se hace referencia al monopolio de Ticketmaster y Live Nation en la industria de la música en vivo, al señalar que: “Debido a que ningún otro lugar puede albergar la mitad de personas que los estadios y lugares que trabajan a través de Ticketmaster, Taylor Swift y otros músicos populares no tienen más remedio que trabajar a través de Ticketmaster”.
Este posible monopolio ya está siendo investigado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y por una comisión del Senado por considerar que “Las altas tarifas, las interrupciones del sitio y las cancelaciones que experimentaron los clientes muestran cómo la posición dominante en el mercado de Ticketmaster significa que la empresa no enfrenta ninguna presión para innovar y mejorar continuamente”.
Durante la pandemia y la consecuente cancelación de eventos, se inició una acción colectiva en contra de la empresa por el cambio en las políticas de reembolso. De esta controversia, sin embargo, la empresa salió triunfadora porque se determinó que, conforme con los Términos del Servicio, las controversias se resuelven mediante arbitraje y que esas políticas proceden incluso si el comprador no las leyó.
En 2018, resultado de un reportaje de investigación de la Canadian Broadcasting Corporation, CBC, y el Toronto Star, se presentó otra acción colectiva en contra de Ticketmaster y Live Nation por fomentar la reventa al obtener lucro de esta actividad. Se trata de un proceso que sigue en curso y que, conforme con información del sitio lastattorney.com, se ha llegado a un acuerdo que será revisado en enero por el juez de un tribunal en Los Ángeles.
Taylor Swift se refirió a esta “desastrosa” venta de boletos en su cuenta de Instagram: “Es realmente asombroso que 2,4 millones de personas obtuvieran boletos, pero realmente me molesta que muchos de ellos sientan que pasaron por varios ataques de osos para conseguirlos”.
La exitosa cantante, que a finales de octubre ocupó los 10 primeros lugares de la lista de canciones más exitosas de Billboard, dijo que fue "insoportable para mí ver cómo ocurrían los errores sin ningún recurso" y agregó que le preguntó a Ticketmaster "varias veces si podían manejar este tipo de demanda y nos aseguraron que podían".
Cuando en 2010 Ticketmaster y Live Nation se fusionaron, bajo el visto bueno del gobierno de los Estados Unidos, hicieron múltiples promesas de mantener una sana competencia. A la distancia se están notando los efectos negativos de permitir estas fusiones que afectan a muchos, en este caso a consumidores y artistas, y que, sin embargo, siguen siendo aprobadas en su mayoría. Felizmente para autores y lectores, la adquisición de la editorial Simon & Schuster por Penguin Random House fue negada.
Más información theguardian.com
miabogadoenlinea.net
Se permite la reproducción vinculando y concediendo crédito a miabogadoenlinea.net