Hombre entrenando en un gimnasio

La Orden de Médicos de Bélgica absolvió de mala práctica profesional a un médico que firmó a una paciente un certificado de salud a fin de que ella pudiera liberarse del contrato con un gimnasio.

El gimnasio acusó al médico de haber firmado un certificado para que la mujer pudiera dar por terminado el contrato sin razones de peso. Sin embargo, el médico declaró en su defensa al máximo órgano rector de la profesión médica en Bélgica que había actuado por “razones sociales”.

El médico explicó que no creyó que su paciente tuviera los medios suficientes para seguir cubriendo 70 euros mensuales al gimnasio, cuando todavía quedaba el contrato vigente por 18 meses.

Para los dueños de los gimnasios se trata de una decisión “inaceptable”. “Un médico debe evaluar tu salud no si es buena idea terminar un contrato. ¿Los médicos juzgaran tu contrato con tu proveedor de energía o de Internet?”, declaró sobre esta decisión Eric Vandenabeele, director de la asociación de gimnasios de Bélgica.

Sin embargo, para la Orden de Médicos, el galeno también cumple con un papel social en el cuidado de sus pacientes y por ello concluyeron que el médico en cuestión obró bien ayudando a la mujer a librarse de un contrato que le ocasionaba problemas y que no podía cumplir.

“Lo social también implica aun médico. Y también existía un problema médico: la mujer sufría de dolor en el cuello y una infección del oído medio”, declaró a medios locales Lieven Wostyn, director regional de la Orden.

“Recibimos quejas sobre esto más seguido que antes. Miramos cercanamente cada queja. También hay gimnasios que han tenido la razón”, concluyó Wostyn.

El creciente número de quejas se debe a los contratos leoninos que los gimnasios obligan a firmar a sus clientes en los que imponen plazos muy largos de vigencia y altísimas tarifas. Así, se han hecho esfuerzos para prohibir los contratos con plazo mínimo de un año, permitiendo que el cliente pueda darlo por terminado en cualquier momento sin penalización. Sin embargo, el gobierno belga no ha logrado regular estos contratos.

“Esto muestra cómo estos restrictivos contratos siguen siendo un problema y que existen pocos gimnasios flexibles”, declaró a medios locales Simon November de la organización de consumidores belga Test-Aankoop. “Nosotros nos hemos estado quejando durante años”, concluyó.

Más información theguardian.com

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